jueves, 10 de marzo de 2011

José Raimundo García González, o simplemente “Pepín”


La historia gallística de Canarias en los últimos 50 años no se puede escribir sin que se hable de este colosal aficionado y casteador de Los Llanos de Aridane.

Ya en los años 60, Pepín destacó en el partido que sería el suyo de toda la vida. En Los Llanos peleó siempre grandes gallos, como los célebres retintos o “el Loco”, y de Los Llanos fue presidente durante muchas temporadas. Sus gallos fueron además los más destacados a lo largo de la historia dorada de los campeonatos de Canarias, junto a los de otro gran casteador palmero, el inolvidable Lope Acosta, del rival partido de Tazacorte.

Hoy, Pepín es el estandarte de una afición inmortal. Persona sumamente cordial, y dotado de un gran sentido del humor, sobre todo nos admira por su sabiduría de aficionado y de casteador. Con él puede estarse hablando de gallos horas sin fin, y siempre aprendiendo. Y admiramos también su fidelidad a un partido al que se lo ha dado todo. Nada que ver con el aficionado que viaja de gallera en gallera para que le peleen los gallos, y que no es de un partido sino tan solo de sus gallos. Él está para las verdes y para las maduras (lo que vale también como referencia al sexo bello, del que ha sido siempre un gran entusiasta). Hombre de antes partir que torcer, expone como pocos lo que es o debe ser un aficionado de ley. En unos tiempos como estos, que precisan de figuras ejemplares, a pocos podemos celebrar como a este veterano, soberbio aficionado de Los Llanos de Aridane.