sábado, 19 de febrero de 2022

Tenerife, 1975


Juan Antonio Díaz, buen amigo, aficionado y casteador del Valle de La Orotava, nos ha enviado algunos programas entre los cuales este, que nos va a valer para un viaje a la temporada de 1974-1975 en la isla de Tenerife, pero sin olvidar al resto de nuestras islas gallísticas. 

El programa ofrece para mí el interés de ser el único que paso a tener de dicha temporada por lo que respecta a la contrata de ocho jornadas que se celebró entre los partidos de Güímar y el Norte. Si hay un año dorado de la afición sureña es sin duda este, ya que no solo Güímar derrotó al Norte sino el partido Sur al de La Espuela. ¿Quiénes cuidaban en estos dos partidos güimareros? Nada menos que Pablo Amador en Güímar y Domingo Prieto en el Sur, dos de los más preclaros discípulos del "Músico", que hacía años tenían sus partituras ya bien aprendidas.

Gonzalo Alberto, inolvidable motor de la afición güimarera durante décadas, y que si existe justicia poética estará casteando gallos en los parajes celestiales, recordaba siempre con entusiasmo el fulgurante paso por la gallera de Pablo Amador (Paolo, lo llamaba él caprichosamente). Delante tuvo un partido más poderoso y que cuidaba Anastasio Acosta, su ayudante en el partido de San Cristóbal durante las temporadas de 1966 y 1967 y a quien se había enfrentado ya en 1974, suspendiéndose las riñas entre Norte y La Espuela por un problema de pesas, que es lo que explica que en este año "extraño" La Espuela y el Norte peleen con los partidos de Güímar, saliendo ambos mal parados y demostrándose una vez más la importancia del cuidador de categoría, capaz de sobreponerse a una casa de gallos más potente, como había demostrado Pancho en muchas ocasiones y sobre todo en las temporadas en que estuvo al frente de Triana y de La Espuela.

En la primera jornada, Güímar obtiene una mantilla y en la segunda amplía la ventaja a siete riñas, pero luego el Norte logró reducir a tres riñas, que Pablo dejará finalmente en cuatro, por lo que se vio una temporada emocionante. En esta jornada quinta pelearon dos gallos que ganarían en total tres riñas: el colorado de Aquilino Pérez Peraza por Güímar y el de los señores Acevedo por el Norte. Otro gran gallo tuvo Anastasio: "el Rubio" del aficionado orotavense Pepito el Canario (José González Pérez), que ganó otras tres. Aunque la siguiente jornada se anuncia también en el Parque de San Francisco, suponemos que algunas jornadas se celebrarían en el Cine Los Ángeles de Güímar, pertenencia de Jaime Almeida, eterno aficionado de aquella localidad.

Pablo Amador recreándose en uno de sus gallos

Por su parte, el Sur y La Espuela disputaron dieciséis jornadas, en el Cine Los Ángeles y el Palais Royal de Santa Cruz. En La Espuela comenzó Antonio Salud, que se marchó a la primera jornada (no es la única vez que hizo algo parecido), sustituyéndolo Carmelo Acosta. Domingo ganó la primera jornada por 4-3 y ya no perdió nunca la ventaja, que llegó a ser de 9 riñas para quedarse al final en 7. No hubo ni mantillas ni capotes, por lo cual en cierto modo también fue una temporada disputada, sobre todo si tenemos en cuenta que de 5 riñas logró Carmelo reducir a la mínima ventaja. Pero el triunfo de Domingo fue espectacular, dada la potencia de la gallera capitalina, que tenía a su plana mayor y a la que al final le llegaron refuerzos de unos gallos muy buenos de don Agustín Cabrera que Julián Castillo trajo de Las Palmas. Por Güímar comenzaron a afianzarse aficionados que serían clásicos: Antonio "el Cenizo", Agustín y Mederos, los hermanos Alberto, Manuel Delgado, Antonio Pérez. En el programa que tengo, de la jornada once, encontramos al giro de Manuel Díaz propiedad del Cenizo, que ganó este día y volvió a ganar dos veces más, proclamándose campeón de la isla.


Por último tenemos una verdadera curiosidad, reveladora del buen humor de la afición gallística:


La finca del Pilarito era de Horacio Pulido, quien organizaba estas peleas con sus amigotes, como ya en los años 80 creará la Peña La Vica para celebrar festejos similares, teniendo como cuidador al mismo Manuel González Acosta que le preparaba los de estos desafíos. No sé si el cuidador y secretario técnico de la Selección Insular es Pérez Jiménez por alusión al presidente de Venezuela, un gran aficionado a los gallos que quiso comprar el Perillón y que tuvo a sus órdenes al "Foño"; como su hermano Antonio andaba por Canarias, quizás pusieron su nombre. La broma de la Metro-Goldwyn-Mayer es una alusión a Asdrúbal Bethencourt, quien trabajaba para esta casa cinematográfica. Y la dirección de Madrid era la del despacho del abogado Encinoso, con quien Horacio Pulido casteaba desde los años 50. Nos fijamos también en los gallos a nombre de las mujeres de los aficionados y sobre todo en este pinto de Pérez Ascanio que se hace nada menos que con su octava victoria. La Selección Insular ganó la primera, la segunda, la cuarta, la quinta, la sexta y la séptima, y la Gallera Pulido la tercera y la novena, siendo pues tablas la octava. Otra cuerada para la Gallera Pulido.

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En Tazacorte, Miguel Acosta, con extraordinarios gallos de Lope Acosta de cinco y siete riñas, entre ellos "el Cochinera" y el "Cara Sucia", y otros gallos de bandera, le sacó 23 riñas a Añón, y en la Guerra Roberto Acosta 19 a Arnoldo, quien había ganado el año anterior, primero de la gallera Nueva. Hubo gallos aún hoy recordados: los hijos del "Minuto" casteados por Adelto Lorenzo, "el Pararrayos" de Antonio y Juvenal (que ganó su quinta), "el Guapo" de Cabrera y Lugo...

Gran Canaria intentaba levantar cabeza, tras la desaparición del Cuyás. Domingo "el Boyero", con Justo González Ramos, le daba a Arucas otro triunfo sobre Las Palmas, donde comenzó Quico Pérez para seguir Enrique Artiles (nieto del "Moño"), No fue una buena temporada y seguían las quejas por no encontrar buenos lugares para pelear. Lástima porque buenos gallos había: de Domingo Díaz, de Argeo Hernández, de don Ramón Rodríguez por Arucas, y de don José Araña, Eulogio Ojeda, los hermanos Rojas Mateo, Miguel Jiménez Jorge, los hermanos Falcón o Pedro Cárdenes por Las Palmas. Las crónicas registran dos peleas sensacionales: entre un melado de Pedro Cárdenes y un canabuey de Juan Medina y la quinta, soberbia, que ganó un extraordinario gallino de don Ramón Rodríguez, quien en aquellos años era, con Lope Acosta, el casteador más grande de las islas.

Telde celebró ocho jornadas con Gáldar, y ya resurgía la afición, tras quince años sin actividad, gracias al tesón de Antonio Hernández. Tuvo de cuidador al "Moño", quien ganó cómodamente, con un capote en la tercera jornada.

En Lanzarote vivieron una de las siete temporadas entre Adolfo "el Pichón" y Alejandro Niz. Si en la primera ganó este por 12 riñas y entablaron en la segunda, en esta gana Adolfo por 2 riñas (posteriormente, Adolfo ganaría cuatro veces, entablando una). También la prensa se quejaba de los lugares en que transcurrían las peleas: el viejo Teatro Municipal de Teguise y un almacén de guaguas en Arrecife. Las peleas fueron muy buenas, y la temporada tuvo un final peculiar. Adolfo en Teguise lleva 5 de ventaja y Arrecife trae gallos de los Acevedo y Pérez Ascanio para las dos últimas jornadas. Hay tablas en la penúltima y Arrecife gana por 5-2, estando en un tris de la mantilla. Se dijo que Teguise ganó por 5 riñas (jornadas 1-8) y Tenerife por 3 (jornadas 9 y 10). En la última jornada se lucieron un gran colorado de Vicente Guerra y dos giros de los señores Acevedo. Adolfo tuvo también un par de gallos extraordinarios de don Ramón Rodríguez.

Alejandro Niz y Adolfo Santana
brindaron grandes temporadas a la afición conejera