Esta fotografía nos hace presentes a tres grandes aficionados que coincidieron en Güímar cuando uno de ellos, José Luis Melquiades, estuvo un par de cursos impartiendo allí docencia como maestro de escuela. Era lo más predecible que quien era aficionado desde la cuna (ya que muchas veces, cuando aún gateaba, hasta lo metieron en un jaulón) conectara inmediatamente con una afición tan abierta y popular como la güimarera.
A José Luis Melquiades, desaparecido hace ya ocho años, dediqué una nota de despedida que el lector puede encontrar aquí debajo. También incluyo un pequeño homenaje que hice al “alma mater” de la afición güimarera, el gran Gonzalo Alberto, también ya desaparecido y que era otra persona entrañable.
Afortunadamente sigue entre nosotros Antonio Jorge (“el Cenizo”), personaje de primera, sabio hombre del campo sureño y entusiasta acérrimo de los gallos, con gallitos pocos pero siempre peleables, a lo largo de incontables temporadas. También a él dediqué hace unos años un pequeño artículo.
¡Tres aficionados de bandera!