Se cerraba este día la temporada en el Teatro Atlante de La Orotava, lugar lleno de memorias, que hace unos cuantos años un alcalde siempre apoyado masivamente por su población (lo que poco bueno dice de ella) mandó derribar.
Solo en la jornada 11 había logrado el Norte adelantarse, por 2 riñas. Al llegar este último día, tenía una, y La Espuela había dado muestras de flaqueza en la citada jornada, hasta el punto de que los cronistas de Santa Cruz (siempre favorables a La Espuela) dieron la temporada por perdida.
Pero el Norte dejó escapar su oportunidad, y salió derrotado por una mantilla. Sin duda que el Músico había reservado para el final los gallos que trajo este día, y de hecho todos los gallos que subieron a la valla habían sido peleados (es una pena no conste en los programas el número de riñas).
El primer gallo aparece casteado por Pancho. El cuidador de La Orotava tenía por costumbre dejar en la gallera de la Vuelta de los Pájaros algún gallo en casteo, y así aparecieron siete pollitos hijos de un gallo de Pedro Tabares. Uno de ellos es este colorado, conocido como el 7 Machos. Peleó como en su vez anterior: un tiro, coge al otro en los revuelos y se desentiende de la pelea. Pero con eso le bastó para tumbar al melado de Juan de la Cruz, el fino casteador y gran aficionado del Puerto.
Empata el Norte con un colorado de Vicente Linares ya peleado, muy bueno, y que además tuvo delante a un giro precioso pero cojo, lo que muestra los escasos recursos de que Pancho disponía ya. Aunque dice que el casteador era Pepe Mascareño, se trataba de un gallo de La Palma.
El siguiente giro era de Óscar Martín, y ganó bien. Gran pelea fue la cuarta, entre los giros de Arnay y Domingo García, quien por cierto, que sepamos, es el único superviviente de los nombres que aparecen en este programa, aún visitable en su bella casa de la Calle Verde de La Orotava.
Otra gran riña fue la quinta. El canabuey teldense de Manuel Álvarez con 4 ó 5 peleas y el giro de los Acevedo también veterano, comienzan ambos muy bien, pero el canabuey, a los pocos tiros, mata al giro
El alirón llega con el giro de Arnay, en una pelea tremenda, a diferencia de la última, con otro gallo palmero por parte de La Espuela.
Fue una jornada en que los aficionados de La Espuela ganaron mucho dinero (y los del Norte perdieron, claro está
En la publicidad, destaquemos el nombre de Felipe Casanova Machado, un gran aficionado, cuya imagen gruesa, siempre con su bastón, recuerdan aún los viejos aficionados.
En las temporadas siguientes, el Boyero se tomaría la revancha, ganando por pequeñas ventajas, pero ganando.
NOTA: En la página 203 del DGC hay unos cuantos errores al comentar esta temporada. El Norte se puso con ventaja por primera vez no de una, sino de 2 riñas. Al llegar la última jornada, lleva una, o sea que no están entablados. Y la ventaja final es pues de 4 riñas, y no de 5. Esto se debe a la lectura que hice de los periódicos, donde no se especificaba la ventaja y había que sacar las cuentas de modo a veces confuso. Menos disculpable es el último error, cuando digo que en la penúltima peleó por el Norte un colorado de Horacio Pulido, quien, como es bien sabido, siempre fue de La Espuela. Ese colorado, palmero a nombre de Horacio Pulido, protagonizó, por La Espuela, la pelea de la temporada, en la penúltima riña de la penúltima jornada, ganando un giro de Andrés Delgado. Con los programas ahora a mano, gracias a la gentileza de la hija de don Florencio González, el joyero lagunero, la información pasa a ser mucho más fidedigna.
Solo en la jornada 11 había logrado el Norte adelantarse, por 2 riñas. Al llegar este último día, tenía una, y La Espuela había dado muestras de flaqueza en la citada jornada, hasta el punto de que los cronistas de Santa Cruz (siempre favorables a La Espuela) dieron la temporada por perdida.
Pero el Norte dejó escapar su oportunidad, y salió derrotado por una mantilla. Sin duda que el Músico había reservado para el final los gallos que trajo este día, y de hecho todos los gallos que subieron a la valla habían sido peleados (es una pena no conste en los programas el número de riñas).
El primer gallo aparece casteado por Pancho. El cuidador de La Orotava tenía por costumbre dejar en la gallera de la Vuelta de los Pájaros algún gallo en casteo, y así aparecieron siete pollitos hijos de un gallo de Pedro Tabares. Uno de ellos es este colorado, conocido como el 7 Machos. Peleó como en su vez anterior: un tiro, coge al otro en los revuelos y se desentiende de la pelea. Pero con eso le bastó para tumbar al melado de Juan de la Cruz, el fino casteador y gran aficionado del Puerto.
Empata el Norte con un colorado de Vicente Linares ya peleado, muy bueno, y que además tuvo delante a un giro precioso pero cojo, lo que muestra los escasos recursos de que Pancho disponía ya. Aunque dice que el casteador era Pepe Mascareño, se trataba de un gallo de La Palma.
El siguiente giro era de Óscar Martín, y ganó bien. Gran pelea fue la cuarta, entre los giros de Arnay y Domingo García, quien por cierto, que sepamos, es el único superviviente de los nombres que aparecen en este programa, aún visitable en su bella casa de la Calle Verde de La Orotava.
Otra gran riña fue la quinta. El canabuey teldense de Manuel Álvarez con 4 ó 5 peleas y el giro de los Acevedo también veterano, comienzan ambos muy bien, pero el canabuey, a los pocos tiros, mata al giro
El alirón llega con el giro de Arnay, en una pelea tremenda, a diferencia de la última, con otro gallo palmero por parte de La Espuela.
Fue una jornada en que los aficionados de La Espuela ganaron mucho dinero (y los del Norte perdieron, claro está
En la publicidad, destaquemos el nombre de Felipe Casanova Machado, un gran aficionado, cuya imagen gruesa, siempre con su bastón, recuerdan aún los viejos aficionados.
En las temporadas siguientes, el Boyero se tomaría la revancha, ganando por pequeñas ventajas, pero ganando.
NOTA: En la página 203 del DGC hay unos cuantos errores al comentar esta temporada. El Norte se puso con ventaja por primera vez no de una, sino de 2 riñas. Al llegar la última jornada, lleva una, o sea que no están entablados. Y la ventaja final es pues de 4 riñas, y no de 5. Esto se debe a la lectura que hice de los periódicos, donde no se especificaba la ventaja y había que sacar las cuentas de modo a veces confuso. Menos disculpable es el último error, cuando digo que en la penúltima peleó por el Norte un colorado de Horacio Pulido, quien, como es bien sabido, siempre fue de La Espuela. Ese colorado, palmero a nombre de Horacio Pulido, protagonizó, por La Espuela, la pelea de la temporada, en la penúltima riña de la penúltima jornada, ganando un giro de Andrés Delgado. Con los programas ahora a mano, gracias a la gentileza de la hija de don Florencio González, el joyero lagunero, la información pasa a ser mucho más fidedigna.