Aquí tenemos otra carta curiosa de los años 30.
La temporada 34-35 la ha ganado Pancho nada menos que por 34 riñas, acabando con las dudas que pudiera haber. Claro que las consecuencias fueron un bajón de público a mitad de temporada, con las consiguientes consecuencias en los ingresos de que habla Matías Guerra. Además, acierta al pensar que lo mismo va a ocurrir al año siguiente, ya que no ven a Gilito como un rival a la altura de Pancho, quien de hecho le ganaría por 26 riñas.
Cesáreo Padrón y Pepe Palmero eran los ayudantes de Pancho desde su llegada en el 33, y continuaron siéndolo en el 36. Este trío Pancho-Cesáreo-Pepe Palmero (juntos en una gran foto incluida en la página 175 del DGC) es a nuestro juicio el más grande tándem técnico que ha llevado nunca una casa de gallos.
No extraña que, con el incentivo económico, Pancho se afanara en ganarle al Foño, lo que hizo por 4 riñas tras una serie de jornadas excepcionales. El Foño trajo gallos tanto de la Capital como de la Banda, con casteadores tan señeros como don Saturnino Pérez, Tomás Hernández (“el Sordo”), Manuel Lugo, Eduardo Rodríguez, César Martínez y Francisco Cabrera.
Curioso es también el inicio de la carta, ya que hace referencia a la otra faceta de Pancho, la de soplador de fiscorno en la Banda de Música de Santa Cruz de Tenerife.
Al año siguiente, en noviembre de 1936, Matías Guerra le escribirá otra carta a Pancho pidiéndole le diga “con toda claridad y sin ocultarme nada, qué es lo que emplea Vd, para guisar las espuelas, empezando por el agua y terminando por el último producto que Vd. ponga para ello”. Ante las quisquillosidades de algunos malos perdedores de San José, Matías Guerra intentaba evitar problemas para la temporada siguiente. Pancho le respondió de modo admirable, con una cita de la zarzuela “La Dolorosa”, en que un personaje le dice a otro: “Tráeme un vaso de agua limpia y pura, porque en el arte todo tiene que ser limpio y puro”. Y nada más tenía que decir.
La temporada 34-35 la ha ganado Pancho nada menos que por 34 riñas, acabando con las dudas que pudiera haber. Claro que las consecuencias fueron un bajón de público a mitad de temporada, con las consiguientes consecuencias en los ingresos de que habla Matías Guerra. Además, acierta al pensar que lo mismo va a ocurrir al año siguiente, ya que no ven a Gilito como un rival a la altura de Pancho, quien de hecho le ganaría por 26 riñas.
Cesáreo Padrón y Pepe Palmero eran los ayudantes de Pancho desde su llegada en el 33, y continuaron siéndolo en el 36. Este trío Pancho-Cesáreo-Pepe Palmero (juntos en una gran foto incluida en la página 175 del DGC) es a nuestro juicio el más grande tándem técnico que ha llevado nunca una casa de gallos.
No extraña que, con el incentivo económico, Pancho se afanara en ganarle al Foño, lo que hizo por 4 riñas tras una serie de jornadas excepcionales. El Foño trajo gallos tanto de la Capital como de la Banda, con casteadores tan señeros como don Saturnino Pérez, Tomás Hernández (“el Sordo”), Manuel Lugo, Eduardo Rodríguez, César Martínez y Francisco Cabrera.
Curioso es también el inicio de la carta, ya que hace referencia a la otra faceta de Pancho, la de soplador de fiscorno en la Banda de Música de Santa Cruz de Tenerife.
Al año siguiente, en noviembre de 1936, Matías Guerra le escribirá otra carta a Pancho pidiéndole le diga “con toda claridad y sin ocultarme nada, qué es lo que emplea Vd, para guisar las espuelas, empezando por el agua y terminando por el último producto que Vd. ponga para ello”. Ante las quisquillosidades de algunos malos perdedores de San José, Matías Guerra intentaba evitar problemas para la temporada siguiente. Pancho le respondió de modo admirable, con una cita de la zarzuela “La Dolorosa”, en que un personaje le dice a otro: “Tráeme un vaso de agua limpia y pura, porque en el arte todo tiene que ser limpio y puro”. Y nada más tenía que decir.