El pasado fin de semana se celebró en Teguise la XXXV edición del Campeonato de Canarias, un torneo simbólico, ritual, coincidiendo con el día de nuestra comunidad autónoma. Un reencuentro anual para casteadores y aficionados de todas las islas…o esa era la idea que teníamos pero que evidentemente ya no es compartida. Cada año han ido faltando más galleras, pero esta vez no nos esperábamos que asistieran solo once de las treinta y ocho federadas, y lo que una vez fue un evento multitudinario quedó en una reunión de amigos en petit comité. Los motivos que barajamos podrían ser el descontento de algunos con la federación, o la sombra de boicot por parte del Seprona, o simplemente que lo que prima hoy es el afán de dinero y la cuantía del premio del torneo no compensaba. Sea cual sea es una pena.
La gallera Teguise se encargó en exclusiva de la organización, en lo que están versados tras diecinueve años organizando el Pollo de Oro. Aunque echamos en falta importantes ausencias, el nuevo equipo directivo, encabezado por Pablo Quintero y respaldado por la siempre ubicua Daida Travieso y su escuadrón de voluntarios, hicieron que todo saliera a la perfección. Por cierto, echamos de menos el banquete, que inexplicablemente se hizo el viernes, un día antes del torneo.
El sábado hubo quince enfrentamientos y se conformó el grupo de favoritos para el podio; Teguise, con dos gallos ganados y unas tablas, en 16’07’’; San Miguel, de Fuerteventura, con el mismo registro y un tiempo de 22’04’’ y Güímar, mismos puntos y un tiempo de 22’28’’.
Destacaremos la primera riña, que ganó un colorado de José Luis Martín, de Telde, en 0’13’’. La quinta, entre un giro carey de Peña Las Lajas, de Güímar, y un pinto de La Tradición; el grancanario cortó mucho de entrada y antes del tercer minuto ya tenía al tinerfeño sin luces pero negado a perder, tirando el pico, batiendo como una fiera y virando la contienda a su favor. El pinto, arriado y herido estaba perdido pero los nervios y un error del banquillo güimarero dieron lugar al conteo del minuto y las consiguientes tablas que los alejaron del primer puesto.
La novena también fue tablas, entre un giro de Cuesta Chicha, de Teguise, y un colorado de Yonay Pérez, de Amigos del Sur; el giro se imponía cuando el colorado lo mermó, sentenciado aquel buscó recursos, corriendo, y más de uno cuestionó su casta pero a nuestro parecer aquello fue un alarde de inteligencia; no ganó pero tampoco perdió. En la décima se enfrentaron las dos galleras tinerfeñas, dos gallinos, de El Cañizo, de Güímar, y Peña Tejina, de La Espuela, que ganó aquel, aunque perdonando y demorándose ante un rival desbaratado que se defendía desde el suelo. Los tres gallos de Jesús Ojeda lo hicieron francamente bien, con sus características espuelas naturales, que fueron justamente premiadas al desenlace del torneo.
Y en la jornada dominical tuvimos trece riñas y hasta un número circense protagonizado por una señora que se ha definido públicamente como animalista, lo cual pertenece a su ámbito personal, pero que está utilizando los medios y autoridad que le confieren su uniforme y pertenencia a una institución pública del prestigio de la Guardia Civil, cuya razón de ser es servir y proteger al ciudadano, para emprender una cruzada personal, acosando al colectivo gallista de Lanzarote, inventándose denuncias de vecinos anónimos, falseando informes e invadiendo una propiedad privada, o sea, prevaricando.
A pesar de la interrupción la jornada continuó con normalidad. En la primera riña del día se enfrentaron Teguise y San Miguel, primero y segundo clasificado, más emoción imposible. El teguisero más efectivo y el majorero recogiendo el tiro, hasta que se asentó, sus naifes naturales decidieron el pleito a su favor y eliminaron a Teguise del podio final. En la tercera disfrutamos de un trepidante duelo entre un colorado de El Charco, de El Mallazo, majorero, y un colorado de La Tradición, que terminó con ambos echados y tablas. En la quinta un colorado de Ojeda empezó cortado y terminó ganando de cuerdas a un giro de Peña Tejina, de La Espuela, en 2’20’’. En la sexta Teguise ya no tenía opciones pero Güímar si, y ganó al infligirle una corbata al teguisero tras el primer minuto, sentenciándolo en 2’40’’. En la novena un colorado de El Revolcadero, de Telde, parecía tener pocas posibilidades ante un resolutivo retinto de Hnos. Sosa, de Güímar, pero lo remachó en el minuto 2’28’’, alejando a los tinerfeños del primer puesto. Con posterioridad lo que parecía ser unas claras tablas entre Telde y La Tradición se saldó con una cuestionable victoria de los teldenses y su segundo puesto en la clasificación. En la última un giro de Yakuzacan, de La Espuela, muy cortado aguantó ante un solvente colorado de Manuel Acosta, de El Gallardete, que sin embargo no supo resolver y tablas en el tiempo límite.
Tras la emotiva entrega de las placas con forma de gallo a los asistentes y los trofeos a los ganadores; San Miguel, Telde y Güímar, se despidió el campeonato hasta el año próximo. Después, en el aeropuerto, volvió a aparecer la invitada non grata, esta vez de paisano, incordiando a los casteadores que retornaban a sus islas.
Próxima cita, El Pollo de Oro, en Teguise.
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Gallera Telde, Gran Canaria 2º clasificado
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Gallera Güímar 3er clasificado |