De mayo de 2006 es esta fotografía en que vemos a dos de los aficionados más sabios de Canarias: Julián Castillo y Orlando Dorta. Grandes amigos entre sí, ambos tienen en común haber estado en las galleras con Pancho el Músico. Orlando Dorta no se dedicó a la cuida, pero sí Julián, y siempre con éxito. La afición la llevan en la sangre, ya que arraiga en sus años infantiles, Julián en Santa Cruz de La Palma y Orlando con su padre en las gloriosas campañas trianeras de los años 30. Pero sobre todo, ambos son personas sumamente inteligentes y de una memoria extraordinaria, verdaderos libros abiertos, de quien un buen aficionado nunca dejará de aprender.