ESPUELA Y FISCORNO: Güímar campeona de Canarias

Nicolás Lezcano

Dos galleras tinerfeñas y una palmera se hicieron con los títulos de campeones de Canarias; Güímar, La Espuela y La Guerra.

El XXXVI Campeonato de Canarias ha marcado un hito en la historia de la gallística de nuestras islas. Coincidiendo con la clausura del congreso mundial de la Asociación Mundial de Criadores de Gallos de Combate y Exhibición, la inauguración del regional fue algo inusitado, un evento de tal envergadura y belleza que dudamos que hayamos sido capaces de describirlo en todo su esplendor en la anterior reseña.

El viernes, día treintaiuno, con fondo musical de sirinoque, el conductor del evento dio la bienvenida a cada una de las veinte galleras participantes: de Lanzarote, El Rofero de Tinache y Teguise; de Fuerteventura, Isla Larga y Unión Majo; de Tenerife, El Agujero, Los Revuelos, Güímar y La Espuela; de La Palma, Hermanos Pulido, El Laurel, La Guerra y Los Llanitos. Y de Gran Canaria; Amigos del Sur, La Tradición, Las Longueras, Gáldar, El Gallardete, Telde, Tradiciones Canarias y Cubanas, y Unión San José, Después homenajes y reconocimientos a personalidades locales y foraneas; Antonio Bolaños, Francisco Luis Afonso, Manolo Acosta “Manolín”, Juan Rosales “el Mopa”, Alfredo Martín y Victor Negrete, presidente de la mundial. El mismo Negrete y José Luis Martín despedirían el acto, que se rubricó horas más tarde con la cena de bienvenida al torneo.

Y el sábado comenzaron los desafíos. Cien gladiadores, la mayoría curtidos a lo largo de la temporada, se enfrentaron en cincuenta combates en pos del preciado trofeo del torneo más importante de nuestras islas. En la mesa, los jueces Jorge Padrón, Miguel Angel Santos y José Luis López. El nivel general de la competición fue bajo, como muestran los tiempos y resultados, nadie logró ganar cinco gallos, ni siquiera cuatro, el vencedor accedió al podio con tres victorias, dos tablas y un tiempo medio sin precedentes. Por otro lado, queremos subrayar que la esencia del Campeonato de Canarias es la participación de galleras, no es un torneo de casteadores, y este año la sombra de la picaresca se cernió, una vez más, sobre el regional.

Ricardo Morales, gallera el Rofero de Tahiche

Juan Pedro Rguez. gallera Unión Majo

De las dieciocho de la jornada matinal destacaremos la tercera, entre un gallino, de Tradiciones C.C., y un melado, de El Laurel, que dio un recital de espuela y se impuso en 2’05’’; la decimotercera, entre un giro, de Gáldar, y un colorado, de Los Llanitos, ambos ofendidos y afectados, se destacaba el palmero cuando el cronómetro lo dejó con el sabor de la victoria en los labios. La decimocuarta, entre un giro, de La Espuela, que resolvió magistralmente contra un giro, de Hnos. Pulido, en 1’26’’. La decimoquinta, unas magníficas tablas entre un giro, de Isla Larga, y un melado, de la Guerra, que tras un apasionante tiro a tiro, aquel privó al palmero, que volvió a por lo suyo, lo volvieron a callar y más ofendido aún dejó a media luz a un magnífico giro negado a caer. Además se registró el mejor tiempo del campeonato, por un melado de La Guerra, en 0’04’’.

En la jornada vespertina dieciocho pleitos más, de los que destacaremos el decimotercero, entre un melado de Güímar, de preciosas espuelas naturales, contra un giro de El Laurel que empezó dominando pero el tinerfeño buscó recursos y cambió las tornas, imponiéndose a base de pico y espuela y acercando a su equipo a podio de campeones en 6’44’’ . En la decimosexta, un colorado, de Amigos del Sur, puso en apuros a un bragado, de Unión San José que, con impecable coreografía, acabó imponiéndose en 8’58’’.

Y en la jornada dominical los últimos catorce combates del evento, entre ellos el segundo, entre un melado, de El Gallardete, y un colorado, de Los Llanitos, escorados antes del segundo minuto y derrochando genes, para finalmente acabar imponiéndose el palmero en 5’17’’. La sexta del día anterior, pospuesta, entre un colorado, de Telde-Las Palmas, y un colorado, de Güímar que, aunque se mostró manifiestamente superior no lo tuvo fácil ante el grancanario, que guerreaba incluso desde el suelo, hasta finalmente caer en 6’39’’. En la décima, un gran duelo entre un gallino blanco, de Tradiciones C.C., con excelentes referencias, que entabló con un colorado, de La Espuela. El grancanario, muy picador y espuelero, se topó con un rival muy duro de pelar que enardeció a la grada y le impidió hacer una nueva muesca en su revolver.

Clasificación:

1º Güímar, con tres gallos ganados, dos tablas, ocho puntos y un tiempo de 35’00’’.

2º La Espuela, con tres gallos ganados, dos tablas, ocho puntos y un tiempo de 35’13’’. A solo trece segundos del campeón, no exentos de polémica por un flagrante error de la mesa.

3º Gallera Guerra, con dos gallos ganados, dos tablas, un gallo perdido, siete puntos y un tiempo de 12’49’’.

El premio al gallo con mejor estampa, elegido por los miembros de lAMCGCE, fue para un retinto de Los Revuelos.

Clasificación general

Las galleras tinerfeñas

Tras una magnífica temporada en Güímar, Tenerife, Oliver Montelongo, joven cuidador palmero, logró hacerse con el campeonato, en el que el año pasado quedó tercero, no cabe mejor final de campaña. El precioso trofeo de campeón fue regalo de la AMCGCE.

Manuela Goreti y Oliver Montelongo, gallera Güímar

No podemos cerrar esta reseña sin volver a elogiar y agradecer el magnífico trabajo realizado por los socios y casteadores de las galleras grancanarias en la organización de este colosal evento, han hecho historia, y nos habría gustado agradecérselo uno por uno. Enhorabuena.