Este
balance de la temporada 1969-1970 aparece firmado por Juan Rodríguez Drincourt,
quien decidió hacerlo llevado de su entusiasmo por el éxito de los formidables
gallos que entonces tenía su padre, don Ramón Rodríguez. La temporada, como de
costumbre, fue cubierta por el excepcional cronista Montenegro.
El
partido de Vegueta había surgido en 1967, constituido por disidentes de San
José, que desapareció al año siguiente, como Triana lo haría en 1969,
concluyendo así la edad de oro de los gallos en la isla. Este partido, en su
anterior época importante (1931-1933), lo había cuidado José Déniz (“el
Pichón”), y resulta que este año de 1970 lo cuida su nieto Adolfo, quien de
niño había estado con Pablo Amador en San José y completa ahora su formación de
élite, como señala Drincourt, con la “colaboración técnica” de Julián Castillo.
Al año siguiente volvería a ganar, por 15 riñas, pero Vegueta ya desaparecía,
ante la dificultad por encontrar lugares dignos donde pelear. Es en ese momento
cuando surge el partido de Las Palmas, del que ofrecemos el siguiente documento
de fundación. Este partido celebraría en el 72 una contrata con el de Arucas,
que, contando nada menos que con “el Boyero” como cuidador, le ganaría
cómodamente. Estamos ante el inicio de una nueva etapa. ya que el partido de
Las Palmas perdura hasta el presente fundido con el de Telde. Por desgracia,
las contratas con Arucas, que se harían clásicas, desaparecerían en años
recientes.
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Marchando
más atrás en la máquina del tiempo, veamos este programa con que se cerraba la
temporada 1957-1958. El gallero de San José era precisamente Julián, quien gana
por cuarta vez consecutiva, ahora a Domingo Prieto. Le sacó 28 riñas, pero al
año siguiente comenzaría la época gloriosa del gallero tinerfeño en Las Palmas,
no solo ganando la temporada sino la mítica Liga Regional. Lo más destacado del
programa es el anuncio de las riñas de los dos grandes partidos contra La
Espuela del Músico. Las peleas, con todo, no respondieron a las expectativas,
ganándole Pancho a Triana pero perdiendo con San José, partidos que por cierto
cuidaban dos de sus mejores discípulos.
Este
año peleó Julián el extraordinario “Larraz”, nombre de un futbolista argentino
muy célebre en la época, que jugaba en la Unión Deportiva y que llegó a ir al
Cuyás para ver pelear el gallo de su nombre, ganador en total de siete riñas.
Jorge Larraz se establecería en Las Palmas, falleciendo allí hace solo cuatro
años, y era de poca estatura, lo que fue una de las razones por la que se le
puso el nombre a este gallino negro de poco peso. ¿La otra razón? que se
trataba de un gallo “jugador”, como Larraz era el típico futbolista de técnica
exquisita, característica de los mejores jugadores suramericanos y canarios. “El
Larraz”, por cierto, era propiedad de Rodríguez Drincourt, aunque del castío de
los fantásticos “drópers” de don José Hernández López; sería un gran gallo da
casta una vez lo tuvo don Ramón Rodríguez, a quien se lo regaló Hernández
López. Otro gallo fabuloso que peleó este año, pero cuidado por Domingo, fue el
“Tuerto” de don Nicolás Díaz Aguilar, al que nos referíamos hace una semana.
Por
San José destacó este día el gallino de don Fernando Bello del Toro, muy
aplaudido, como lo fueron el gallino “Pico y Pata 3” de don Ramón Rodríguez y
el colorado de don José Villegas. Por Triana, el colorado “la Risa”. Riñas ya
sin la emoción del resultado, pero que no sé yo lo que hubiera dado por ver hoy
en día.