sábado, 21 de marzo de 2020

Marcos Melián, gallero de Gáldar


Hoy vamos a recordar a otra de las figuras señeras del mundo gallístico canario desaparecidas en los últimos años: Marcos Melián, “gallero de Gáldar”, como así de sencillamente decían a veces los programas de las peleas.
Marcos Melián fue un cuidador de excelentes cualidades durante muchísimas temporadas en su isla, allá por las tres últimas décadas del siglo XX, en que la afición grancanaria se había reducido bastante, pero aún mantenía la pujanza de muchos apasionados de nuestro animal totémico. Curtido en las galleras de la isla con algunos buenos cuidadores que aún quedaban, tuvo en Antonio Gutiérrez la conexión con la más maravillosa escuela que ha tenido Canarias, o sea la del Músico, ya que Gutiérrez había aprendido de Pepe Palmero y se consideraba discípulo suyo.
Tengo muy buenos recuerdos de Marcos Melián, pero de entre ellos el mejor lo voy a referir ahora. Venía yo en barco desde Lanzarote tras la celebración de un campeonato regional (cuando estos no eran la burda caricatura en que se convirtieron luego) y al cabo de un buen rato, descubro desde la cubierta, que es donde siempre me gusta viajar, que en el salón grande iba Marcos Melián, con su señora. Entro y empezamos a hablar de gallos. Al fin se anuncia la entrada en el puerto de Las Palmas, nos levantamos y le digo: “¿Te das cuenta de que llevamos cinco horas sin hablar de otra cosa que de gallos?”. Faltó añadir que así podíamos haber seguido hasta el día siguiente.
En las temporadas 2001-2002 y 2002-2003, Marcos Melián cuidó en La Espuela y allí lo fui a ver en varias ocasiones, como “compatriotas” que éramos. Ganó con brillantez esas dos campañas, pero no así la de 2006-2007, con una casa de gallos muy mermada y además (algo que a veces no comprenden los aficionados) con la edad de 60 años, en que las facultades ya aflojan y más tratándose de un gran corredor de gallos como él era.
Lo volví a ver en unas peleas sueltas en la gallera de Antonio Bolaños. Estaba el Pichón y le dijo que ese mismo verano le enseñaba a hacer espuelas, ya que a Marcos las espuelas se las hacían, lo que no es defecto mayor, ya que el propio Pepe Palmero, quien a mi juicio llegó a ser al final de su vida el mejor gallero que hemos tenido después del Músico, tenía quien se las hacía porque él no era muy amañado.
Presento hoy una serie de fotografías, aunque lamento no tener alguna de los años 70. Y aporto un enlace muy sobresaliente: la bella semblanza que le dedicó Alfredo Ayala Rodríguez.
En la gallera de Telde, con Ernesto Domínguez y dos inolvidables, colosales aficionados: Antonio Hernández y Domingo Valerón:


Sobre la valla del López Socas, con el gran casteador y soltador Domingo Díaz:


En Guímar, con otro gallero de campanillas, el palmero Arnoldo Pérez:


Pesando los gallos, entre Francisco Martín (La Espuela) y Pedro Cabrera (Norte):


Festejando el Campeonato Regional de Lanzarote, en 2004, con Juan Manuel Moreno:


Foto de familia en La Espuela, con entre otros Virgilio, Luis Barre Barre, Eduardo F. de la Puente, Camacho, Vicente Sosa, Rogelio López, Eusebio Luzardo, Ángel Benítez de Lugo, don Antonio, Fiti, Francisco Martín, el Kíkere y Chicho el Capitán:


Observando unas pechas, con Eusebio Luzardo y Arquímedes Acosta, en la gallera de La Espuela, bajo la mirada de Pepe Palmero, el Foño, Maso y el Músico, santo patrono de la Casa:


En Teguise, con Suso Yanes, gallero tinerfeño establecido en Gran Canaria:


¡Marcos Melián, “gallero de Gáldar”!:


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Los dos programas de la jornada inaugural de la temporada de 1979-1980 en Gran Canaria, hace ya pues cuarenta años: