domingo, 29 de marzo de 2020

Casteadores grancanarios

Hoy incorporamos una serie de fotografías de grandes casteadores de la isla grancanaria.
El médico don Cristóbal Quevedo fundó en Las Palmas en 1900, con su colega don Federico León, el partido de Los Médicos, que celebró contratas con el de San José. La foto es de 1906. En el Cuyás pelearon gallos célebres del doctor Quevedo, en particular dos colorados y un gallino negro:


Este era don Francisco Manrique de Lara, enorme figura de los gallos en su etapa “aristocrática”, y de quien dimos sobrada información al reproducir las páginas de Alas y espuelas:


A la misma insuperada altura rayó don Nicolás Lezcano, sabio en gallos y extraordinario casteador junto a su hermano don Sebastián, en Tenoya. A la semblanza que de él damos en el DGC hay que añadir que entre sus grandes gallos estuvo un giro verde que peleó en la gallera de Santa Bárbara y que fue considerado el mejor de los suyos junto al “Pata Rota”. De don Nicolás Lezcano hay en el DGC una gran foto con gallos, a la que sumamos hoy estas dos, siempre con cierta elegancia de aire bohemio (la fecha es 1864):



Don Jacinto Bravo de Laguna y Manrique de Lara, o simplemente don Jacinto Bravo, es otra figura de envergadura presente en las páginas de Alas y espuelas y en las fotos del jardín, y con una semblanza gallística amplia en el DGC. Nació en 1866 y murió en 1923, y la siguiente foto se encuentra en la Gran Enciclopedia Canaria:


Esta deliciosa foto presenta a Marcos Domínguez con sus pájaros. Era de Guía, donde hubo una afición colosal. También es una figura enfocada con algún detalle en el DGC:


Gallos fenomenales tuvo en los años 20, 30 y 40 don Rafael Henríquez Medina, de quien me hablaba mucho Orlando Dorta, por sus cualidades de bellísima persona y por impresionarle su aspecto físico, casi como el de un guanche. Pancho se proclamó dos veces campeón de la contrata grancanaria con colorados de este fabuloso casteador aruquense. La foto suya está incluida en el libro Noticias históricas de la ciudad de Arucas, donde se dice que era propietario de terrenos en El Guincho y que fue directivo del Club Deportivo Doramas, fundado en 1924, cuando ya existía el Sporting Aruquense.


Una gran dinastía de aficionado aruquenses ha sido la de los Armas. Aquí tenemos a don Fermín de Armas Pérez (“maestro Fermín”, cantero de profesión). Todo aficionado de la isla sabe muy bien de la valía de los gallos peleados en décadas recientes, siempre en el partido de Arucas-Cardones, a nombre de Valentín e hijos, o sea del hijo y los nietos de don Fermín:


Don José Ríos Niebla era conocido como “Pepe el Pintor” (y sus gallos como “pinturas”). Ya estamos aquí avanzando por la segunda mitad del siglo XX. Maestro Pepe peleaba en Triana, y sus gallos fueron la base del gran triunfo del palmero Miguel Acosta en la temporada triangular de 1968.


Y ahora una foto magnífica, y de calidad excepcional: don Ramón Rodríguez en su tienda de París donde distribuía los plátanos (es fácil distinguirlo por ser el único con sombrero). Por cierto que, al recordar recientemente a José Carlos García Artiles, olvidé mencionar la visita que con él hice en su casa de Ciudad Jardín a don Juan Rodríguez Drincourt, quien durante muchos años había seguido la afición de su padre.


En estas dos fotos siguientes se revela lo simpática y divertida que tenía que ser la persona de Gregorito, o sea Gregorio Pérez Ponce, aficionado maravilloso que casteaba con Machín (Señores Machín y Pérez). Pero además veamos qué acompañantes. Para empezar, nada menos que el Capitán Mananá, de quien me hablaba Orlando Dorta sin poder contener la risa, ya que era quizás el mayor pícaro que había conocido en los gallos, y tan pillo y ocurrente como el Foño. Con casi setenta años de afición, militó en varios partidos y decía de todos sus gallos que eran hijos del “Barbita”, que nadie nunca llegó a conocer. Todo un personaje. Junto a él me parece reconocer a Pablo Amador, mientras que en la segunda foto aparece un divertido y casi infantil Paco Falcón, otro aficionado para mí muy entrañable.



Continuamos con otro cuidador grancanario, Antonio el Dandi, en años también juveniles, si bien la foto tenía como objetivo el retinto de espuelas naturales:


Pero la afición continuará siempre, y esta foto con que concluimos por hoy así lo demuestra: don José García-Cuyás, que fue un fino casteador del partido de Las Palmas y cuya afición continúa hoy su hijo Néstor, aparece con su nieto, transmitiéndole esa pasión por los gallos finos que nunca desaparecerá de nuestras islas.



Por muchas de las fotos y de la información que doy aquí, agradezco nuevamente a Fernando Ojeda, la principal persona que sigue preocupándose hoy por nuestra prodigiosa historia gallística.