Hace dos temporadas escribí que, el día en que las galleras de Los Llanos
y Tazacorte, ya convertidas por entonces en una suerte de reserva gallística de
Canarias, se pasaran a las espuelas industriales, procedería al cierre de esta
página. Como eso ya se ha producido, doy hoy por concluido mi periplo en la
red, que vino a suceder al periodístico, dejando aparte algunos libros que he
ido publicando, y en particular el Diccionario gallístico de Canarias.
Una labor de dos décadas, en defensa, animación y estudio de una afición
canaria noble y centenaria.
Agradezco en particular la colaboración de un puñado de buenos y
generosos aficionados (canarios, pero también de diferentes partes del mundo),
y en general la de quienes han seguido fielmente esta página. Algún que otro
caso de mezquindad no empaña la buena recepción que hemos tenido quienes, de
modo abnegado, hemos mantenido la información gallística canaria en estas
últimas temporadas.
Como a partir de hoy mismo tanto la página “Espuela y Fiscorno” como este
blog de actualidad (y su correo correspondiente) quedan al garete de los
caprichos informáticos, quien desee conservar algún texto o fotografía, debe
proceder a su copia, si aún no lo ha hecho.