La afición del histórico partido Norte de Tenerife acaba de perder a uno de sus mejores aficionados: nuestro amigo Salvador Hernández, fallecido a fin de año en la Villa de La Orotava, de la que era natural. Ya en la casa de los 70 años, en ningún momento había dejado de ir a los gallos en tanto partidario acérrimo del Norte, y aún más, era él quien, durante el litigio por la gallera de Santa Úrsula, montaba guardia allí, sin otra compañía, durante los largos seis meses entre temporada y temporada. Salvador Hernández era, pues, uno de los auténticos estandartes del partido Norte.
No pensemos por ello que Salvador era un fanático, ya que veía las peleas con total ecuanimidad, y sabía advertir las virtudes de los buenos gallos contrarios. Casteador modesto, sacó algunos buenos ejemplares, pero tampoco se enojó nunca porque no le pelearan otros, o porque un cuidador se los rechazara, puesto que él era el primero en reconocer si eran defectuosos, y sabía que un buen cuidador se ve siempre en la difícil tesitura de elegir los gallos que pelea. Hombre flemático, pero también de carácter (y hasta vehemente si se daba el caso), le gustaba conversar, pitillo en mano, con sus amigos, que éramos casi todos los que amamos los gallos. Trabajó muchos años como chófer de guaguas turísticas, y era una persona sencilla a la vez que muy crítico con los abusos sociales que en el Valle de La Orotava, con su sociedad de corte caciquil, fueron norma durante siglos (y de los que, por supuesto, aún quedan restos). Lo recuerdo como un espíritu lúcido y como un hombre íntegro y enérgico, siempre cordial y de un humor muy socarrón. Al dar la noticia en el Bar Canario, el dueño, que lo conoció bien y que nada tiene que ver con la afición a los gallos, nos dijo: “Era un elemento fantástico”.
Si Salvador no faltaba a una jornada de riñas, tampoco se perdía un campeonato regional, por lo que también era conocido entre aficionados de otras islas. Su pérdida es muy grande, ya que se lo echará inevitablemente en gran falta dentro de la más aguerrida claque del Norte –Manolo Sánchez, Cecilio Acevedo, Felipe Reyes, Tomás Luis, Pedro Cabrera, Alberto Plasencia, Palmerito, Menoti, Cheché y no sé si alguno más–, a la que pertenecía, y entre los muchos que lo estimábamos.
Hoy lo recordamos y homenajeamos con unas pocas fotos. En la primera de ellas, aparece junto a Alberto Plasencia, Antonio Jorge y Francisco Falcón, quien entonces cuidaba en el Norte; es en la bodega güimarera de Antonio “el Cenizo”. En la segunda, durante un campeonato regional, lo acompañan Antonio “el Calvo”, Antonio “el Crusantero” y los hermanos Felipe y Manolo “Pico Viejo”. La tercera es interesante porque Salvador aparece al frente de todos, junto a Mario Robles (ese año cuidador del Norte) y otro cuidador, Carmelo Acosta. Ese era su lugar, ya que, como dejé dicho, Salvador era uno con el partido Norte, no solo guardando la casa de gallos durante casi una década, sino, durante la temporada, conviviendo con los cuidadores que iban pasando por el partido en estas dos últimas décadas, y siempre presto a cualquier ayuda.
Fue una espléndida persona, y un aficionado de los verdaderamente grandes.