lunes, 12 de noviembre de 2012

Una gran victoria de Álvaro Tapia sobre Domingo Prieto


1964 fue un gran año para Álvaro Tapia. Pese a perder por una riña en Lanzarote, el cuidador de Santa Cruz se lució con buenos gallos y buenas peleas, y allí dejó un buen recuerdo, como me contó en su taller de Teguise Juanele Morales, el gran artesano de timples. Precisamente de su hermano, Simón Morales, peleó Tapia, este día en el Viana, un melado, que ganó.
Los únicos que le perdieron a Tapia fueron el de la primera y el de la última. El de la primera era de uno de los grandes aficionados lanzaroteños, don Rafael Ramírez. El de la última, de don Alonso Lecuona, casteador tinerfeño igualmente muy bien conocido. Don Alonso tuvo este año una legión de gallos blancos, y Antonio Tejera, que en ausencia de Tapia llevaba el partido Nuevo, dio la nota en Lanzarote al aparecer, para unas peleas con Teguise en el Teatro Municipal, nada menos que con siete gallos blancos. ¡Lo nunca visto!
El primero de los gallos de don Alonso Lecuona era el llamado “Calzones”. Ese gallo, tras su segunda victoria consecutiva, se picaba él mismo, y Tapia, para poderlo pelear a la semana siguiente, le puso unos calzones para que no se picara. Ganó por tercera vez consecutiva, como volvió a hacerlo este domingo en La Laguna.
La tanda de Tapia combinó gallos de Tenerife con gallos de Lanzarote. Resaltemos el nombre de los Hermanos Blancas, que por estos años tuvieron un gallo fabuloso: el “Peña Redonda”, colorado pinto que hizo tres peleas en Las Palmas y seis en Teguise, una de ellas esta temporada, al cuido pues de Tapia. Sería un buen gallo de casteo, originando los llamados “peñitas”.