Nos entristece dar la noticia de la desaparición casi simultánea de estos dos extraordinarios aficionados y amigos de Los Llanos de Aridane, que aparecen en esta foto sacada un inolvidable día en que, con José Luis Melquiades al volante, dábamos la vuelta a la isla. Paramos en la gallera Guerra para saludar a Samuel y a Salvita, que aparecen a la derecha, y luego almorzamos en Puerto Espínola, sin que faltara nunca el buen humor. Saboreando de aperitivo unos camarones fresquísimos, advertimos de pronto que la botella de vino blanco, situada al lado de Rafael, ya iba por menos de la mitad, lo que provocó en los demás un bombardeo de pullas a las que Rafael, siempre sonriente, respondió justificándose con la necesidad de un buen “entrenamiento”.
A mi visita siguiente, la excursión del cuarteto fue a Garafía, con parada en Tijarafe para probar un vino de tea y Puntagorda para almorzar como faraones, esta vez las carnes de cabrito. Ya estaban los almendros en flor, toda una belleza. Estos trayectos acababan siempre en el Casino de Los Llanos, con Roberto apoyando al Barcelona y Rafael al Real Madrid, y picándose en esto sin dejar nunca de ser lo amigos íntimos que eran. Junto a los gallos, la gran afición de Roberto era el dómino, y la de Rafael llevarse bien con todo el mundo.
Rafael llegó a los 89 años, Roberto a los 70. Ambos, aunque también con las amarguras de algunos tiempos y situaciones difíciles, tuvieron una vida bastante rica, y dejan detrás amistades y aprecios incontables.
Rafael Hernández era el hombre clave en la historia de los gallos de Los Llanos de Aridane, un memorión de tomo y lomo que se lo sabía todo desde los años 40 en adelante. Mucho me ayudó en mis trabajos, y siempre con la sonrisa a flor de labios, mucho calor humano y un humor irresistible.
Roberto era más reservado, y a veces podía parecer algo brusco, pero tras conocerlo bastante bien, pude caracterizarlo así, en la semblanza del “Diccionario”: “Personalidad recia y noble, hombre a la vez serio y cordial, Roberto Hernández pasa a la historia como uno de los nombres más importantes de la cuida gallística palmera en el conjunto de los últimos 50 años”.
El 20 de julio de 2005 le dediqué un artículo en “Jornada”, celebrando su trayectoria gallística, de unas 30 temporadas, entre las cuales algunas legendarias, como la de los “villegas”, en 1967. Hay que corregir que, en el año anterior, a pesar de hacer al final un gran papel, ganó Israel por 1 riña.
Y concluimos, por una parte, haciendo llegar nuestras condolencias, y la de los buenos aficionados que siguen esta página, a la afición de Los Llanos, y en particular al hermano de Roberto, Armando Hernández, que siempre fue para los aficionados tinerfeños como un embajador gallístico de La Palma, y por otra con una pequeña galería fotográfica.
Vemos en primer lugar a Roberto junto a Carola y a Arnoldo, y a la derecha Roberto con “el Capirote”, uno de los extraordinarios “villegas” sacados por José Roberto Pérez Yanes (“Melquiades”). En seguida tenemos a Roberto junto a otro puntal de Los Llanos, Pepín, y un muy joven Pedrito, hoy todo un gran cuidador, en la gallera llanense, y a la derecha con una copa del Campeonato Regional, mereciendo recordarse que Roberto hizo papeles excepcionales en estos campeonatos, antes de que cayeran bajo las garras de la Federación. Las dos fotos siguientes son muy valiosas, ya que se trata de uno de los magníficos “duelos” que Roberto y Adolfo “el Pichón” sostuvieron en Lanzarote. Ganó esta vez Roberto, con el gallo que levanta victorioso; Adolfo, aunque con cara de circunstancia, no perdió la compostura de los maestros y posó aquí junto a su rival. Y cerramos, por fin, con una imagen de Roberto sosteniendo un gallito, como el verdadero maestro que también era.