Hoy nos centramos en el partido Norte, aunque ya hemos hablado de grandes aficionados como Cecilio Acevedo, Florencio González o Domingo García. Este partido abundaba en gallistas sabios, apareciendo hoy muy mermado, porque no ha habido el relevo suficiente. A ello ha contribuido la pérdida de su casa de gallos y también el no disponer de un lugar de peleas en el Valle de La Orotava, como había ocurrido siempre. Actualmente, ya hay una casa de gallos adecuada, aunque no esté situada en el Valle, sino en El Sauzal. Lo otro es cuestión más grave, ya que es inadmisible que el Norte esté celebrando sus jornadas como anfitrión... en la gallera rival.
El inolvidable "Remache" |
En el Parque San Francisco, a principios de los años 90, cuando se juntaban unas 300 personas, recuerdo perfectamente a don Modesto Torrens, sentado en las gradas con su mujer alemana y la hija de esta. Era todo un señor, con finos gallos desde los años 50. Entre el público que se ponía de pie tras las sillas, estaba siempre su hijo, un gran amigo hasta hoy mismo, con los programas de las peleas entre Garachico y Güímar, que por aquellos años tenían una gran calidad, a la altura de las del Norte y La Espuela, e incluso, el año que cuidó Pablo Amador en Garachico, por encima de estas. Yo, que entonces era un lego, y más o menos sigo siéndolo fuera del aspecto histórico de los gallos, me sentaba a ver las peleas con el librero Francisco Lemus, sobrino de los legendarios Hermanos Crusanteros. Gracias a él, hice amistad inmediata con el más simpático y extrovertido de los hermanos, o sea, Antonio, quien aún vive, y muy bien, en la Calendaria del Lomo de La Orotava, porque, aunque conocidos como los Crusanteros, ya habían nacido en la Villa. Menos traté al “Remache”, que vemos en esta primera foto, y que moriría en una playa de Fuerteventura al intentar salvar a Antonio. El “Remache” tenía una casa de comidas muy famosa en la subida para el estadio, donde se combinaba la cocina canaria con la venezolana, ya que él había estado en Venezuela y además su muy bella mujer era venezolana. Allí almorcé decenas de veces, platos como el pabellón criollo, y allí se reunían los partidarios, sobre todo en los grandes años de Paquito Falcón. El “Remache” era uno de los aficionados que más generoso apoyo brindaban al partido del Norte.
Entre los aficionados sabios a que me refería antes, he de nombrar a algunos con los que tuve cierto trato, o a los que solía ver, no solo en las peleas, sino en Casa Genaro, en Santa Úrsula. Genaro, un bodeguero excepcional, era compadre de Manuel Fariña, pieza decisiva del partido, un hombre serio, como Pepe Borges Acevedo, que aparecía allí a almorzar todos los domingos con su familia, después de las peleas. A Fariña y Pepe Borges he de sumar el nombre de Vicente Amador (“el Petudo”), que siempre estaba metido en la casa de gallos, y de quien pienso a veces como uno de esos aficionados cuya presencia junto a los cuidadores suponía antaño una garantía para el partido. Con gente como Vicente Amador, no ocurrirían los disparates que hoy ocurren en las casas de gallos, por falta de conocimientos, o de experiencia, de cuidadores noveles o que son de otros países e ignoran las costumbres gallísticas canarias.
Vicente Amador, que murió en un accidente automovilístico, era de Los Realejos, donde ha habido siempre una afición tremenda. Otros dos grandes aficionados de allí que solían aparecer a echarse el vaso de vino en Casa Genaro antes o/y después de las peleas, eran Pepe Rico y Víctor Barreto. Pepe Rico, de la Cruz Santa, era un gran personaje, muy bien recordado en Los Realejos. Víctor Barreto era un hombre serio y trabajador, que sacó unos gallos tremendos en los años 90.
Tirso García y Dominguito Prieto |
Aquí tenemos a otro aficionado realejero, Tirso García sosteniéndole un gallo a Domingo Prieto. La fecha es fácil de determinar: 1977 o 1978, ya que son los años en que este fino cuidador estuvo a cargo de los gallos del Norte. Tirso era otro personaje de cuidado, contándose de él anécdotas deliciosas. Una vez se escapó un león no sé si del pequeño zoo que había por El Ramal, y vino a parar a su casa; Tirso estaba en el jardín leyendo el periódico, lo vio y se levantó flemáticamente para meterse dentro de la casa. Otra vez, dos extranjeras le pusieron no sé qué afrodisiaco en la bebida y tuvo que ir al hospital para que se le pudiera bajar el priapismo. Tirso era un hombre simpático y mujeriego. En una ocasión, subía yo con una amiga por la calle Carrera, y él ni me vio, ya que su mirada fue absorbida completamente por el descote de mi amiga.
En la gallera del Norte |
En esta foto, que saqué en la gallera de Santa Úrsula, aparece a la izquierda un casteador extraordinario del partido Norte: Manuel de León. Hubo un par de temporadas en que los gallos suyos y los de Luis Machado casi que se bastaban para llenar las listas del Norte. Eso levantaba algunas críticas, pero amigos ¡qué gallos tenían uno y otro! Manuel de León murió de una enfermedad rápida, y lo mismo ocurrió con Cesáreo Cáceres, que aparece al fondo con camisa azul, junto a Juan Díaz. Lo conocíamos como “Sarín”, y era en verdad una excelente persona, de maravilloso trato. Casteaba junto a Elías y a Antonio González, a quien vemos en la siguiente fotografía:
En Casa Genaro (Santa Úrsula) |
Todos lo llamábamos Antonio “el Calvo”, para distinguirlo de otros Antonios. Sabía de gallos, y había estado antes en La Espuela. No faltaba a una sola pelea, y también con él hice mucha amistad. En esta foto vemos tras la barra a Genaro Martín, que es quien único vive de los cuatro. A mí me impresiona que Luis López, un buen aficionado, haya ya desaparecido, según Genaro, porque no tengo otra fuente de información. Era un hombre fuerte y aún joven, pero ya sabemos que eso poco significa. A la derecha, Manolo Torres, que tenía una tienda de ropa en la calle Herradores de La Laguna. Era un amigo fabuloso, siempre de buen humor, cuya muerte supuso un duro golpe para la afición lagunera y no digamos para los que disfrutábamos de su amistad. También sabía mucho de gallos, y con él y Ángel Bolaños iba yo muchas veces después de las peleas a probar los vinos norteños.
En la gallera del Norte |
Acabamos este periplo de hoy con dos buenos aficionados que ya nos faltan: Pepe López y Jerónimo Herrera. Ninguno era casteador, pero ambos animaban la afición. Pepe López apoyaba mucho al partido, y “Momo” (por su nombre no lo conocíamos) formaba parte de la claque de los taxistas, que en gallos ha sido siempre muy importante, con el gusto por las apuestas, ya por aquellos años 90 completamente inocentes. Pepe López murió de modo fulminante en la gallera de Telde hace unos pocos años, y “Momo” murió, a los 65 años, el 30 de marzo de 2008. En esta foto tenemos, de izquierda a derecha, a Pepe López, “Momo”, Jorge Jova, Juan Díaz, Humberto Sierra y Juan Antonio Díaz. Estamos en junio de 1997, ya que se trata del festejo de fin de temporada el año en que cuidaron los cubanos Jova y Sierra.