Este reportaje de una revista alemana tiene el valor añadido de ser la primera vez en que aparecían unas fotos gallísticas canarias a todo color.
El turismo germánico en el Valle de La Orotava propició este curioso reportaje, que atesora Domingo García en su casa de la Calle Verde, ubicada en el corazón de la Villa.
Estaba entonces la casa de gallos en La Asomada, y por supuesto cuidaba en ella Domingo Morales “el Boyero”, de quien Domingo García guarda un recuerdo entusiasta, como ocurre con tantos aficionados del Valle.
Aparte un cuidador extraordinario, “el Boyero” era una persona sencilla y reservada, de pocas pero esenciales palabras. Un hombre de una época que ya desapareció, arraigado en la ruralidad aruquense y para quien todo era la seriedad y el trabajo.
Menos conocido es que tuvo algunos años de ayudante a otro gran aficionado de Gran Canaria, nada menos que “el Moño”, quien en las lides pugilísticas era conocido como “el Terrible”. Aquí aparece con él en la quinta imagen, poco antes de que volviera a su isla para cuidar muchas temporadas.