lunes, 24 de febrero de 2025

Antonio Hernández ("el Rebotallo")

Desaparece uno de los cuidadores señeros del Archipiélago, cuya edad de oro, entre los años 1978 y 1990, solo admite un parangón con las que tuvo Francisco Dorta en el partido de Triana. Todos los demás galleros que ha habido en Canarias, por extraordinarios que hayan sido, vienen un escalón después.

Es difícil resumir en pocas líneas la importancia de Antonio Hernández como cuidador. He preferido reproducir, con ligeras correcciones, la entrada que le dediqué en el Diccionario gallístico de Canarias, para quien quiera leer o descargar el documento (VER PDF).

Con todo, se me permitirá un recuerdo personal, ya que tuve ocasión de tratarlo, tanto en las dos temporadas que cuidó en Tenerife como en su bastión del Valle de Aridane. En Tenerife le esperaron dos encerronas, primero, en el Norte, con una liguilla en que le ganó a todos sus contrincantes pero en que quedó en segundo lugar, exactamente como le había ocurrido al “Músico” en 1956, y después en La Espuela, en una temporada enturbiada por un oscuro conflicto de espuelas. Las dos veces seguí su trabajo de cerca, porque, aparte de Pablo Amador, nunca traté a un cuidador de su envergadura. Ambos hubieran dado para un libro del máximo interés, pero con Pablo llegué demasiado tarde y con Toño sucedió la muerte inesperada de José Luis Melquiades en 2012, tras la cual no volví a la Isla Bonita. Fue una pena, ya que Toño, aparte de ser una persona inteligente y de extrema vivacidad de espíritu, era un repertorio viviente de temporadas colosales, tanto en su isla natal como en la de Lanzarote, cuyas dos galleras modélicas él contribuyó a crear de manera decisiva.

Un puñado de fotografías nos permiten recordarlo hoy, aunque, insisto, solo un libro de entrevistas, y no breve, hubiera dado buena cuenta de lo que fue su actividad en el mundo de los gallos, ya que Toño, un poco como el otro gran cuidador de su época, o sea Adolfo Santana, llevaba los gallos tan en la sangre que le parecía imposible llegar al mes de diciembre y no ponerse al cargo de una casa de gallos.
 
En la primera lo vemos con Horacio de León y Domingo Acosta (“el Perro”). Es en la gallera Nueva, temporada de 1977 o de 1978, en que le sacó respectivamente 8 riñas a Roberto y 46 a Añón, con quien había empezado en gallos.

 
Gallera de Tazacorte. De pie, Manolo “el Gomero” (con un gallino pinto de Lope Acosta), Toño Lorenzo, “el Zepelín” y Fabio (cada uno con un gallo de Manolín Gómez). En primera fila, Miguel Acosta (“el Peludo”, con un “cohinera”), Toño (con un canabuey de Lope Acosta) y Antonio Solera (con “el Misterio”).

 
En la gallera Nueva:


En su año del Norte, cuando se celebraban en el polideportivo de Santa Úrsula:

 
El mismo año, con uno de los mejores gallos de la temporada, casteado por Juan Fuentes Tabares:

En las peleas entre Tazacorte y Los Llanos, con Pepín y Nesmel Acosta:

Cuidando en El Paso, con Alex (La Espuela), su hijo Yeray Hernández y Cecilio Castro, motor de dicho partido:

sábado, 15 de febrero de 2025

Neno Pereira, casteador de Los Llanos de Aridane

A provecta edad falleció recientemente Neno Pereira, uno de los casteadores punteros de la afición de Los Llanos de Aridane, durante décadas y nada menos que desde los años 40, cuando tuvo el célebre "Artillero". 

En la época moderna (tras mucho tiempo viviendo en Venezuela, donde coincidió con Pablo Amador), hizo grandes temporadas en los años 80 y 90, siendo entonces famosos sus "machetes" y sus "mobydicks".

Neno Pereira era una persona llana y franca, con quien coincidí varias veces en la Isla Bonita. Esta foto es la que durante muchos años ha estado en la gallera de Los Llanos:


Esta la hice yo en la misma casa de gallos, y Neno Pereira posa junto a otro aficionado inolvidable, el legendario casteador Rafael Hernández:


En la siguiente, ocupa la posición central junto a  Canijo, Tomás Martín, Carlos Manis, Omar, José Luis Melquiades (con sombrero), Henry, Luis Varilla, José (Peña Los Cabreros) y Pablo Fajardo, El cuidador era Valentín, y a su derecha aparece José Carlos Viña, que era su socio gallístico por aquellos años.


Por desgracia no tengo programas de sus gallos más famosos, contentándome con reproducir este de una de las temporadas gloriosas de Toño "el Rebotallo", en que sus gallos subieron a la valla en diecisiete ocasiones:


domingo, 9 de febrero de 2025

Manuel Luis Regalado

Entre los aficionados desaparecidos en el interregno de la última temporada y esta se encuentra Manuel Luis Regalado, que formó parte de la Peña Ucanca en la última edad dorada del partido de Garachico. Esta peña estaba constituida fundamentalmente por Manuel Luis, Modesto Torrens y Manuel Martín, primo del primero, En esta fotografía, tomada en el local social de San Pedro de Arriba, donde se celebraban las peleas con Güímar, vemos a Manuel Martín (su primo, fallecido poco después), la hija de este, Alicia (que no fallaba a las riñas, y era ya toda una campesina), Manuel Luis, el doctor Filiberto López (presidente del partido, gran casteador y también fallecido poco después) y Modesto Torrens.


Con Manuel Luis tuve una buena amistad, basada en el respeto mutuo. Coincidió que, viviendo yo en La Orotava, almorzaba diariamente en Casa Emilia, frente a El Engazo, barranco de Tafuriaste, a un par de kilómetros de La Orotava, y Manuel Luis era vecino amistoso (lo que ya no era habitual por aquel entonces) de doña Emilia y don Antonio, para mí inolvidables seres queridos. Frecuentaba el bar de doña Emilia Maestro Paulino, y a veces nos dábamos un salto a la casa rodeada de plataneras de Manuel Luis, donde recibíamos cálida acogida. Estas dos fotos inmortalizan a estos dos grandes personajes, en la bodega de Manuel y en medio de las plataneras:



Tras la disolución de la Peña Ucanca y del partido de Garachico, Manuel Luis Regalado siguió casteando por el Norte, pero no tuvo ya gallos como el Pedrito, un giro negro que, colocado sobre la mesa, mojaba el pico en los vasos se vino tinto, ni como los canabueyes que venían de los campanarios traídos de Cuba por Filiberto López.

Manuel Luis Regalado estaba siempre de buen humor y tenía tantas espuelas como sus gallos. La foto que mejor me lo recuerda es fruto del azar. La saqué dirigida a la valla, en que había una típica trifulca entre los soltadores, aquel día Pedro Cabrera y Agustín Delgado, y Manuel Luis accidentalmente salió muerto de risa mientras los soltadores se afanaban y el público, no menos encrespado, contribuía a la escandalera: 

jueves, 30 de enero de 2025

Temporada 2025

La actualidad de la temporada gallística canaria puede seguirse a partir de ahora en la página Gallia de Nicolás Lezcano.

Por su última entrada tomamos noticia del fallecimiento de Antonio Hernández ("el Rebotallo"), uno de los más grandes cuidadores palmeros; de Neno Pereira, puntal del partido de Los Llanos durante muchas décadas; y de Manuel Luis Regalado, excelente aficionado del norte de Tenerife. Todos ellos, buenos amigos a quienes fue una fortuna haber conocido.

miércoles, 1 de enero de 2025

2025


Aunque nos haya llegado en inglés, esta simpática felicitación la hago extensiva a los amigos y aficionados en general.

sábado, 28 de diciembre de 2024

"Muchos mulatos"

Lou Dubois, un prestigioso autor francés de collages, me dedica este, muy divertido e inspirado seguramente en el envío que hace años le hice del folleto El Mulato:

viernes, 20 de diciembre de 2024

Juan Rodríguez Drincourt (1934-2024)

Falleció en el mes de agosto don Juan Rodríguez Drincourt, continuador de la afición gallística de su padre, don Ramón Rodríguez, uno de los más grandes casteadores que han tenido las islas. Personalidad sumamente distinguida, fue secretario del ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria durante más de treinta años, y con toda generosidad me aportó material y recuerdos impagables en la elaboración del Diccionario gallístico de Canarias, siendo imborrable para mí un encuentro que tuvimos en su casa de Ciudad Jardín junto a José Carlos García Artiles, hijo de otro legendario aficionado y continuador también de la afición paterna. 

A título de pequeño homenaje, reproduzco hoy la entrada que le dediqué en dicho diccionario (corregida en ciertos detalles y con algunas adiciones) y el magnífico artículo en que defendía con argumentos irrebatibles (excepto para los ignaros o los fanáticos) la tentativa de prohibición de las riñas que se perpetró a principios de los años 90.

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Rodríguez Drincourt, Juan. Hijo del gran casteador Ramón Rodríguez Marrero, continuó la afición de su padre convirtiéndose en uno de los más finos gallistas grancanarios de los años 80, y prosiguiendo su afición hasta la temporada de 1994. Nacido en París, donde, por su trabajo, pasaba su padre largas temporadas, y de madre francesa, se apasionó por los gallos desde la infancia, y de hecho ya en 1940 un gran melado de Villegas peleaba a su nombre. Asistió a las míticas temporadas que, a fines de los 40, pusieron frente a frente a los dos mejores galleros que ha tenido Canarias en toda su historia: Francisco Dorta y Pepe Palmero, conservando de ambos un recuerdo indeleble. Siguió teniendo gallos a su nombre, y entre ellos el legendario “Larraz”, uno de los mejores combatientes grancanarios del siglo XX, que peleó en el 57 y el 58.

Fallecido su padre en 1978, continuó con sus casteos en el mismo partido en que militaba finalmente, o sea Arucas. De una gallina cubana vieja de su padre y el giro verde de cinco riñas de Eduardo Pérez Ascanio que se había traído “el Pichón” para Arucas, sacó hijos de cinco y siete riñas, como el colorado de siete hijo del giro “la Isleña” o el giro verde de cinco, fotografiado el primero en la monografía lanzaroteña de Luis Martínez. Sus mejores temporadas fueron las del 84, 88 y 89, proclamándose mejor casteador de la isla. En la del 84, con Quico Acosta, de 23 gallos le ganaron 17, haciéndole dos tres peleas y tres dos. Cinco casi consecutivas le ganó en el 88 el colorado “la Única”, destacando la que hizo contra un colorado de García Cuyás y Adolfo de la Torre; ganaría otra más, en febrero del 89, preparado, como el año anterior, por “el Pichón”. Gallo de casteo, en 2006 Domingo Bello se proclamaría campeón de casteadores en Gáldar con descendientes suyos. Otro de sus grandes gallos fue un gallino pinto de seis riñas.

Hombre culto e inteligente, escribió de gallos en dos momentos claves. En el Diario de Las Palmas, como “Giro Plata”, cubrió magníficamente la gran temporada de 1965, en que se enfrentaron Julián Castillo y Pablo Amador (y la de 1985 en Canarias 7, como “Pico y Espuela”). Y en segundo lugar, se le debe el mejor de los artículos de conjunto que se han publicado sobre nuestras riñas: “Los gallos ingleses, canarios desde la conquista”, aparecido en La Provincia el 8 de abril de 1990 con motivo del intento de prohibir las peleas, y luego reproducido por Luis Martínez en la citada monografía lanzaroteña (1992).






 

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A su gran gallo “la Única” dedicamos hace cuatro años un artículo (ver enlace), y lo mismo hizo entonces “el Mazantini” con el giro “La Isleña” (ver enlace). En el de “la Única” está reproducido el admirable árbol genealógico que hizo de sus mejores gallos, ejemplo insuperable del amor a los gallos finos que ha unido a tantos canarios a lo largo de la historia. 

Por último, como en su espléndido y tan completo artículo cita Rodríguez Drincourt pinturas de gallos finos que él había visto, he aquí la de Jan Fyt, de 1555, seguida de la de Frans Snyders, del siglo XVII, entre muchas suyas que encontramos en la red.