sábado, 3 de agosto de 2024

Antonio Lorenzo, espejo de casteadores

Con Quico Acosta

El pasado año falleció en La Palma uno de los más grandes casteadores de la época 1980-2010, Antonio Lorenzo Sánchez, conocido también como “el Venezolano”, dado que vivió en Venezuela durante los años 60.

Peleó gallos en Lanzarote, Santa Cruz de La Palma y sobre todo Tazacorte. Donde hizo temporadas espectaculares, como las de 1992, 1993, 1994, 2000 y 2003. En 1993, tuvo un gran colorado de cinco riñas y una tabla, preparado por Quico Acosta; en 2000 fue el mejor casteador de su partido, con Añón León; y en 2003 otro colorado le hizo siete peleas, con Samuel Mateo. La foto de otro gallo extraordinario suyo, un retinto de seis riñas, se encuentra enmarcada en la gallera de Tazacorte.

De Antonio Lorenzo vi pelear esporádicamente gallos, pero uno que me dejó una impresión indeleble fue el melado que, por Lanzarote y a nombre de Óscar Pacheco (gran aficionado conejero), se enfrentó en la sexta riña del XVI Campeonato Regional, celebrado en Santa Úrsula, a un melado de la Peña El Colmillazo por Gran Canaria. Fue una riña sensacional, en que asistimos a un épico tiro a tiro hasta que el melado de Antonio Lorenzo degolló a su rival y le dio en seguida un tiro de gracia. No es de extrañar que fuera considerada el mejor gallo del campeonato, pero es que, además, con un no menos sensacional retinto de 4.8, pudo proclamarse mejor casteador de aquel feliz campeonato, celebrado los días 1 y 2 de junio de 2002. El melado se lo había preparado su paisano Roberto Hernández en el partido de Arrecife, y el retinto Samuel Mateo en Tazacorte.

En el Diccionario gallístico de Canarias cuento cómo la primera vez que me encontré a Antonio Lorenzo sin ser en un campeonato o en una gallera pasaba por el quiosco de Los Llanos con su machete de plataneras al cinto. Allí departimos con él, mi inolvidable amigo José Luis Melquiades y yo.

Presencia amable en todos los campeonatos, no es difícil reconocerlo en las fotografías que siguen, después de la que lo muestra levantando el trofeo que acaba de entregarle otro muy querido aficionado, Alfredo Martín: