En la temporada de
1991-1992, Adolfo Santana (“el Pichón”) vuelve a Arrecife, vuelve a enfrentarse
al palmero José Carlos Rodríguez (“Caballo de bastos”) y vuelve a ganarle,
ahora por 9 riñas. Se pelearon bastantes gallos de la isla, y Arrecife dominó
toda la parte final de la contrata. El gallo campeón fue un retinto de José
Rodríguez (“el Venezolano”), que ganó tres peleas y entabló la cuarta. En la
penúltima jornada, al proclamarse campeón, los aficionados le regalaron a Adolfo
un simpático trofeo viviente: un pichón, con el que lo vemos en la fotografía:
En esta otra foto
aparecen, de izquierda a derecha, Aureliano Negrín, Óscar Pacheco, Adolfo,
Antonio Hernández (“el Morrocollo”), Marcial Martín Bermúdez, José Luis Cabrera
y José Luis Aparicio. Grandes aficionados, todos. De Aureliano Negrín hablamos
recientemente. Óscar Pacheco, persona encantadora mucho me ayudó en Lanzarote
cuando pasé allí varios días reconstruyendo la afición gallística lanzaroteña
de la segunda mitad del siglo XX. José Luis Cabrera era ayudante ese año del
“Pichón”, y con él aparece en la primera fotografía. José Luis Aparicio soltaba
por su partido.
Por desgracia, ya la
elegancia iba desapareciendo del espectáculo gallístico, y ver sobre la valla a
cuidadores y soltadores vestidos con chandal y calzando tenis, como si los
gallos fueran un vulgar deporte, comenzaba a ser moneda corriente.
Nada sé de Gran Canaria
este año, salvo que Jesús Yánez (“Suso”) en Telde-Las Palmas se impuso a Paco
Falcón en Arucas-Cardones.
En la Guerra, Quico
Acosta se sitúa en la cúspide al ganarle por 10 riñas al prácticamente
invencible Toño Hernández (“el Rebotallo”), que había sido contratado por la
Nueva para interrumpir la racha de Quico, quien sin embargo gana por tercera
vez en su feudo de la Guerra. Fue una gran contrata, con gallos muy buenos
tanto de la capital como del Valle. Un retinto de Lope Acosta ganó cuatro
peleas en 7 minutos y 20 segundos.
He aquí un programa,
perteneciente a la quinta jornada:
En la Banda, Tazacorte
con Tomás León (“Maso”) se impone por 13 riñas a Roberto en Los Llanos, tras
una primera parte de temporada muy igualada. El ayudante de Roberto fue Pedro
Pérez, quien llegaría a ser un buen cuidador.
En Tenerife Florencio
Hernández (“Fisio”) se desmelena y le inflige 23 de ventaja a Jorge Benítez en
Güímar. Son los años dorados de la historia reciente de Garachico, con fenomenales
gallos de Peña Ucanca, Peña Arango, Filiberto López, Álvaro González, Peña El
Boquerón y Peña Las Arenas. Era una afición pequeña pero muy unida. Y Güímar
contaba también con buenos gallos. Recordamos un melado de Peña Ucanca y otro
de Peña Arango (que había sacado muy buenos casteos con gallos ya no recuerdo
si jerezanos o asturianos), cada uno de cuatro peleas. Yo vi todas las jornadas, en el convento de
San Francisco de Garachico (el mejor recinto gallístico del Archipiélago, donde
ya se veían peleas unos cien años atrás) y el salón de las Cuatro Esquinas de
Güímar.
Este es el programa del
capote, en la jornada once:
En el Norte, Pablo Amador
vive su última temporada, cuando contaba con 65 años. Nada podía hacer ante él
Nerín, quien perdió por 23 riñas, no dejándole ganar “Pola Vieja” ni una sola
jornada. En la primera ganó Pablo por mantilla rabona en 17 minutos. También vi
yo todas estas peleas, en el cuartel de San Agustín de La Orotava y el Teatro
San Martín de la Capital.
Este es el programa de la
última jornada:
Otra mantilla rabona
obtuvo Pablo Amador en esta temporada, pero muchísimo más importante, y de
hecho uno de sus grandes triunfos deportivos. Veamos cómo se anunciaba el
Trofeo D. Eduardo Pérez Ascanio:
Lo de “la Bolsa” tuvo su
enjundia, ya que llegó a hablarse de una maleta venida de Venezuela con el
equivalente de un millón de pesetas. Fuera como fuera, la expectación era la
máxima que yo he vivido jamás en nuestra afición. Dada la calidad excepcional de
los gallos de Garachico y lo muy bien que subían a la valla, y a la vista de
que el viernes Güímar le había ganado al Norte por 5-2, los pronósticos se
inclinaban hacia el partido de la Isla Baja. Pero si Fisio los llevó bien, su
maestro los llevó en un estado de cuida insuperable. Los gallos mejor
presentados que yo he visto en mi vida. Puro deseo. El colorado de la tercera
se le escapaba a Pablo de las manos. Luego le preguntaron al ilustre bodeguero
de Santa Úrsula Genaro Martín, a cuyo nombre iba, que dónde lo tenía guardado,
respondiendo: “En la bodega, bebiendo vino”. Igual de tremendo venía el melado
de Víctor Barreto de la primera. La segunda fue tablas y la tercera y la cuarta
las ganó el Norte. Como en la quinta el melado de Peña Ucanca le ganaba al
colorado de Lope Acosta, aún podía darse un empate a 3 y una tabla, pero el
colorado de Pérez Ascanio hizo una gran pelea y ya le dio el triunfo definitivo
a “Pola Vieja”, que redondeó con el giro de Felipe Reyes, otro gallo buenísimo. Fue todo un concierto de espuelas, y la
verdadera despedida del último gigante de la cuida gallística canaria.
He aquí el programa de
tan extraordinaria jornada (la fecha, como es fácil advertir, aparece equivocada):
Señalaré que el gallo de
la cuarta venía cambiado, y era de Manuel Espejo. Esto revela lo peligroso que
es fiarse de la información de un programa retrospectivo. Muchos errores habré
cometido yo al tomar los programas como ciertos, pero es inevitable. Ni un solo
partido de Canarias tuvo jamás unos archivos, con lo fácil que hubiera sido
conservar la documentación (programas, contratas, fotos, recortes periodísticos)
pasándola cada secretario de partido a su sucesor. Por ejemplo, en Santa Cruz
de La Palma, no fuera porque Nerín y Pancho (Francisco Martín Cabrera)
conservaban programas de muchas temporadas, hubiera sido imposible reconstruir
la historia gallística de aquel lugar tan importante a lo largo de las décadas
de los 70, 80 y 90.
Yo hacía ya mis pinitos
como rudimentario fotógrafo de las peleas, y estas fueron las que saqué ese
gran día. En la primera vemos a los dos cuidadores sobre la valla, maestro y
discípulo. En las otras Pablo Amador es jaleado por la afición, como en sus
días de gloria en San José o como el día en que le ganó al “Morete”, y también
lo vemos consultando el programa con una pluma en la boca, una de esas fotos
que hacen la felicidad de quien anda cacharro en mano.
En el Campeonato Regional,
celebrado en Lanzarote, La Palma y la isla anfitriona entablaron a 3 riñas y
una tabla en la final, ganándole a los palmeros el octavo gallo. Luis Martínez
publicó un estupendo folleto, que venía a completar el que había sacado sobre
Gran Canaria. Mientras tanto la provincia de Tenerife vivía dormida en los
laureles, sin nadie capaz de un gesto de generosidad como el de Luis Martínez.
Honra le sea dada a aquel aficionado inolvidable.
Cierro con algunas fotos
que fueron apareciendo en El Día, acompañando las crónicas de “Pica y
Bate”. En ellas vemos, sucesivamente, a Roberto, Quico con Antonio Lorenzo
(gran casteador), Fisio, Toño con Valentín y Maso con “el Zepelín”: