Viajamos por el túnel del tiempo esta vez a la temporada de 1988-1989.
Comenzando
por Tenerife y por la contrata histórica Norte-La Espuela, tenemos en el
partido del Valle a Pablo Amador y en el de La Espuela a Álvaro Tapia. Ninguno
de ellos terminó la temporada, por diferentes motivos. Pablo Amador tuvo que
operarse y lo sustituyó Paco Falcón, que logró subir la ventaja de 9 a 22
riñas. Álvaro Tapia, con demasiada desventaja, se marchó ocupando su puesto
Jorge Benítez, que era su sustituto. Jorge ganó por 4-2 y 5-2 ya hacia el final,
reduciendo pues en 5 riñas la ventaja que llevaba el Norte. Estas no fueron
todas las tribulaciones en el partido de la Vuelta de los Pájaros, ya que
comenzó como cuidador el palmero Miguel Acosta, que lo dejó al cabo de una
semana.
Las
peleas se celebraron en el Terrero de El Sauzal y en el Cine San Martín de
Santa Cruz. Los presidentes de los partidos eran Manuel Espejo por La Espuela y
Pedro Acevedo Castro por el Norte.
El
resultado clave fue sin duda la mantilla del Norte en la sexta jornada, última
con Pablo. Y si este llevó siempre los gallos con mucho fuelle, sanos, cuidados
y bien presentados, su sustituto aruquense no le fue a la zaga. Hubo tres
gallos que llegaron a las cuatro riñas: un naranjo de Víctor Barreto, otro de
Luis Machado y un canabuey de Peña Las Tapias. Por La Espuela, un colorado de
Francisco Martín ganó su quinta y un colorado de Juan Díaz y un melado de
Espejo su tercera.
Palomares,
Eusebio Mora, Manuel Espejo y Alfredo Martín eran puntales de La Espuela, y no
sé si Francisco Luis Martín es Francisco Martín, el gran aficionado y soltador
del partido capitalino, que era como persona pura simpatía.
El
programa registra como cuidadores los nombres de los que comenzaron la
temporada, pero realmente cuidaban en el momento Jorge y Paquito. En la
siguiente foto, vemos sobre la valla a Álvaro Tapia y Jorge Benítez, que es con
quienes comenzó La Espuela:
*
En
la Banda, Toño repitió en Tazacorte y se desquitó de su extraño tropezón con
Maso el año anterior. Ganó por 7 en una temporada muy regular, ya que desde la
segunda jornada tomó el mando, sin sacar nunca mucha ventaja. De nuevo peleó
muchos gallos de José Rodríguez “el Venezolano”, y también de Díaz y Pérez y
los Melini. Se recuerdan un gran blanco del primero, con cinco riñas, y un
colorado de Tito “el Cañero” por Los Llanos, así como un bragado de Miguel
Camachita y un pinto de Rodríguez y Martín, ambos por Tazacorte.
*
En
Gran Canaria, Martín Díaz informó jornada a jornada de la temporada, que es la
última que cubrió. Tanto él como Vinicio Marcos se quejaron repetidamente del
deprimente espectáculo de las peleas interminables.
Adolfo
en Arucas volvió a ganarle a Suso en Telde, por 9 riñas. La temporada estuvo
reñida, ya que esa ventaja solo se dio en la última jornada, mientras que casi
siempre la ventaja de Arucas fue de 2, 3 o 4 riñas. Soltaron Antonio Hernández
y Domingo Díaz, dos señores de los gallos. Las casas de gallos estaban en La
Pardilla (Telde) y la Trasmontaña (Arucas). Los presidentes, como en toda esta
época, fueron Antonio Hernández y Miguel Machín.
Esta
fue otra excepcional temporada de Juan Rodríguez Drincourt y de García y Mesa,
siguiendo en la clasificación de casteadores hecha por Martín Díaz el tinerfeño
Víctor Barreto, Gumersindo Toledo, Eugenio Ojeda, José Estévez Pérez, Argeo
Hernández y Esteban Rodríguez Olivares.
El
colorado de “La Única”, cuya historia ya hemos trazado aquí, ganó con Adolfo su
sexta y su séptima peleas, pero también Rodríguez Drincourt tuvo un sensacional
giro verde. El colorado había ganado cinco peleas el año anterior, en un tiempo
total de 28 minutos, siendo fuera de serie la quinta, de seis minutos, contra
un gran colorado de García Cuyás y Adolfo de la Torre que tenía también cuatro
peleas. Esta temporada gana en las jornadas cuarta y catorce, en la cuarta a un
melado de Pérez Vidal y en la catorceava a un giro de los Hermanos Acosta
Rodríguez. Esta fue su pelea más larga: 17 minutos, pero fue una pelea muy
interesante. El colorado, arriero como siempre, se las ve ante un gallo de
mucha espuela. Se castigan y pierden fuerza, caminando hacia las tablas, cuando
el colorado ajusta puntería y de certero tiro deja k.o. al giro en medio de un
enorme clamor.
Pero
se vieron otras peleas muy buenas. En la novena jornada, un colorado de tres
riñas de García y Mesa, pícaro, sortea y regatea al melado de Domingo Díaz
delante mismo de su pico, para luego, con salidas largas, obtener ventaja en
los encuentros. Este es el típico gallo canario “jugador”, el gallo sin lugar a
dudas que más me ha gustado siempre ver pelear.
En
la jornada catorce, el magnífico giro de Miguel Jiménez Jorge, que había ganado
una riña en la temporada anterior y ya tres en la presente, tuerto y cogido por
debajo, cuando ya se cantaba la victoria del giro de dos peleas de Rodríguez
Drincourt, de fenomenal tiro lo degüella y mata. Una jornada con dos peleas
extraordinarias no es muy frecuente.
Por
último, en la jornada siguiente hubo otra riña de órdago, entre otros dos
estilistas: el gallino de tres peleas de Argeo Hernández y un colorado de don
Agustín Cabrera, ganando aquel, aunque por primera vez en combate prolongado.
Todavía
los políticos sinvergüenzas (que hoy intentan en su bajeza fascista imponerle a
una parte de los canarios las mismas medidas que los nazis aplicaron a los
judíos) no habían empezado a hostigar a la afición de los gallos, de modo que
aún era posible ver una muestra de peleas en la fiesta del queso de Guía y en
la de los almendros en flor de Tejeda, esta dentro de un homenaje al popular
Díaz Cutillas (por cierto que un ejemplo de periodista honesto, hoy que no parecen
haber ya sino periodistas corruptos y cretinos, del mismo modo que ya no existe
NI UN SOLO periódico independiente en las Islas Canarias).
*
De
nuevo la provincia de Las Palmas se llevaba la palma en información gallística,
ya que en Lanzarote el semanario Lancelot siguió la temporada jornada a
jornada.
Hubo
buenas entradas y comenzaron los cuidadores del año anterior, o sea Quico en
Arrecife y Arnoldo en Teguise. Lamentablemente, la temporada, que fue buena,
acabaría muy mal.
En
la jornada octava, Arnoldo llevaba 8 riñas, pero no subió a la valla, a causa de
los problemas que tenía con la gallera de Arrecife. Gana Teguise por mantilla
rabona y reduce la ventaja a 4 riñas. En las cuatro últimas jornadas, el
cuidador que lo sustituye es José Carlos (“Caballo de bastos”). Entablados en
la última jornada, gana Teguise las seis primeras peleas y la directiva de Arrecife
se retira y abandona en la última. En esta jornada, oprobio: una riña, la
primera, de... 45 minutos, una verdadera vergüenza, que deja chico todo lo que
estaba ocurriendo en Las Palmas.
Lo
que nos interesa es que en esta temporada se vieron sensacionales colorados de
José Rodríguez “el Venezolano” por Teguise y de Domingo y Felipe por Arrecife.
Lo del “Venezolano” es asombroso: ¡ser el mejor casteador de las contratas de
la Banda y Lanzarote en la misma temporada! Si por estos años los casteadores
de bandera en toda Canarias eran Lope Acosta, Rodríguez Drincourt y Luis
Machado, él se lleva este año la palma.
Otros
casteadores que deben mencionarse fueron Juan y Montelongo por Teguise y, por
Arrecife, los Hermanos González Díaz, la Pena Tarragona y los Hermanos Negrín.
Un
gallo memorable fue el melado manzanilla de Adelino Acosta preparado por Quico;
ganó cinco peleas en nueve jornadas.
Aquí
tenemos la crónica de la jornada novena, con Arnoldo dando su opinión y una
gran foto en que aparecen estos extraordinarios cuidadores palmeros que eran él
y Quico Acosta.
También
el Campeonato Regional acabó como el rosario de la aurora. Se celebró en el
López Socas y gracias a las crónicas de Martín Díaz tenemos información de las
dos confrontaciones de la selección grancanaria.
La
Palma le ganó a Lanzarote por 4-2 y Gran Canaria a Tenerife por 4-3, en las semifinales.
Por
Gran Canaria, un colorado de Juan Rodríguez Drincourt de una riña le gana en la
primera a un gallino de tres de Agustín Delgado. En la segunda, un colorado de
Antonio Hernández le gana en “chaparrón de estocadas” que no pasó del minuto y
medio a un colorado de una riña de Peña El Boquerón. Las dos siguientes son
para Tenerife, con un colorado de tres peleas de Alfredo Martín y otro de
Agustín Delgado. Se adelanta de nuevo Gran Canaria con un colorado de una pelea
de Domingo Díaz, que le gana en dos minutos a un colorado de dos riñas de
Manolín Gómez. Y se califica Gran Canaria con un colorado de Cuyás y de la
Torre de dos riñas que se impone a un giro muy bueno de Juan Díaz. Un giro de Manuel
Espejo deja en 4-3 el tanteo final. Buenos tiempos en estas peleas, ya que la
última, de 9 minutos, fue la más larga.
Lanzarote
le gana a Tenerife y se llega a la final con Gran Canaria y La Palma. La Palma
gana la primera con un colorado de Álvaro Rodríguez Pérez, que le gana en
cuatro minutos a un colorado de don Agustín Cabrera. Empata Gran Canaria con el
mismo colorado de Antonio Hernández peleado el día anterior. ¡Casi nada!
Tuertos los dos, el de Telde mata a los cuatro minutos al melado de Adelino
Acosta. Gran Canaria se adelanta en la tercera con un giro de Rodríguez
Drincourt, pero La Palma se adelanta luego con un giro de Díaz y Pérez y un
melado de los Melini. Llegamos a la sexta, y resulta que el gallo palmero
sobrepasa su peso en más de dos onzas. La pelea la tiene pues perdida y resulta
que no hay sustituto. En vez de pasar a la última, La Palma se retira.
Continuaremos estas retrospectivas con un vistazo próximo a la temporada de 1990.