sábado, 2 de mayo de 2020

Juan Díaz, casteador de La Orotava

Juan Díaz, Teguise, Campeonato Regional

Lamentamos hoy el fallecimiento, el pasado miércoles, de Juan Díaz, aficionado excepcional y excelente amigo.
A lo largo de las últimas décadas, Juan Díaz fue uno de los mejores casteadores de la isla de Tenerife, siempre en el Norte hasta que la atmósfera de los gallos empezó a enrarecerse y él pasó a encerrar sus gallos en las galleras que le parecían más adecuadas. Juan Díaz sufría por sus gallos, y en nuestro último encuentro, no hace ni un par de años en la Villa de La Orotava, fruto del azar porque yo estaba enseñándole el lugar a un matrimonio francés, me mostró que seguía fiel a todo lo que siempre había sido. Otros muchos han justificado y hasta capitaneado la destrucción de las tradiciones gallísticas canarias, pero Juan Díaz siempre fue crítico con todos esos cambios, solo el amor a los gallos manteniéndole firme la afición, que desde hace años compartía con su hijo Juan Antonio, todo un caballero a quien durante mis años de asistencia a los gallos fue siempre un placer tratar.
Aquel día en La Orotava tuvimos que acabar nuestra charla, en una esquina de la plaza de San Francisco, a dos pasos de donde tantas peleas vimos, de manera precipitada porque mis amigos llevaban ya media hora esperándome (y él esperaba a su mujer, que estaba de compras, lo que le valió una de sus simpáticas ocurrencias bienhumoradas). ¿Habían transcurrido aquellos años, o no nos veíamos desde el anterior domingo de peleas? Haber dejado de ver con asiduidad a Juan Díaz, y a unos cuantos aficionados más, ha sido lo único que me ha dolido de mi abandono de la afición a los gallos.
Era Juan Díaz una persona apasionada y vehemente, con el exceso de vitalidad y la probidad de quien nunca hizo otra cosa que trabajar... y desvivirse por los gallos. Imposible olvidar su habla precipitada, su bigotazo aristocrático, su campechanía y sus cigarros habanos siempre echándole humo al mundo. Una vez, en uno de esos momentos exaltados por los vapores abundantes de los vinos del Norte que a todos tanto nos gustaban, le dije a Pedro Cabrera: “Juan Díaz es un hombre del pueblo”, a lo que me repuso: “Juan Díaz es un hombre del campo”. Era ambas cosas, y un hombre único, de los gallos y de los suyos.
Un abrazo a quien no ha hecho otra cosa que adelantársenos en el camino.

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La siguiente galería fotográfica quiere servir como homenaje e incluye fotos ya conocidas (algunas han aparecido en este mismo espacio) y otras inéditas. En todas encontramos a Juan Díaz junto a otros aficionados, recordando lo que ha querido olvidarse con la plaga de los campeonatos de casteadores, calcados de América a partir del aciago año de 2001: que los gallos en Canarias fueron siempre fruto de la unión, de la solidaridad, de la amistad, y no del egoísmo y la vanidad del yo voy a lo mío.


Esta antológica foto fue sacada en la gallera de La Espuela cuando Julián Castillo la visitó, y es la más antigua que tengo de Juan Díaz, quien aparece el primero de pie por la izquierda. Siguen Agapito Ramos, Ángel y Luis Sánchez, Felipe López, Julián Castilloy José Antonio Pulido. En primer plano, Né, Eusebio Luzardo, Francisco Martín, Manuel Espejo, Jorge Benítez, Chicho Morales y alguien que nunca he podido identificar.


Publicada hace solo unas semanas, esta foto vuelvo a incluirla aquí porque es la que cronológicamente iría en mis archivos después de la anterior. Felices momentos en la gallera del Norte, con aficionados inolvidables.


Con otro de sus muchos trofeos parece aquí Juan Díaz, junto a Virgilio Pérez Vargas, Valentín Lorenzo, Marín Gómez, Álvaro González, don Antonio Álvarez, X, Cecilio Acevedo y Eduardo Pérez Ascanio. Año 2005.


Gallera del Norte, en una de sus habituales cuchipandas, con Antonio el Cenizo, Salvador Hernández y Pedro Cabrera.


En Los Llanos de Aridane, en los días del Campeonato Regional, año 1999. De nuevo con el Cenizo y Pedro Cabrera, más Palmerito, José Luis Melquiades, Eduardo de la Puente, los cuidadores cubanos Jova y Sierra, Julio Castellano, Juan Antonio Díaz y otros.


En la gallera del Norte, con Adolfo Santana el Pichón.


Con Manolo Sánchez, Jesús Yánez (que en ese año de 2002 cuidó el partido Norte), el boxeador López y Manolo Ruiz. Dos tinerfeños, dos grancanarios y un tinerfeño adoptado por la otra isla. En gallos nunca ha habido insularismo, como mucho una rivalidad inocente y sana.


Gallera del Norte, con Juan Díaz entre Pepe López,  Momo, Jorge Jova, Humberto Sierra y Juan Antonio Díaz. Año pues, de 1999.


Pechas navideñas en el Norte, con Palmerito, Felipe Pico Viejo, Platero, don Cecilio Acevedo y sus dos hijos, Juan Antonio Díaz, Suso Yánez, Salvador Hernández, Cesáreo Cáceres ("Sarín"), Antonio el Calvo, Felipe Reyes, Salvador Dorta... Diciembre de 2001.


Asistiendo a las peleas, con Paco Falcón en su retorno al Norte; a la izquierda, Pedro Rivero, gran aficionado lagunero.


En su terreno de La Florida, con su hijo Juan Antonio y Eduardo de la Puente. Fue un gran día con los gallos preciosos que Juan Díaz tenía y en que era imposible no recrearse.