Reanudamos hoy los comentarios de
viejas temporadas gallísticas, que habíamos dejado en la de 1965.
La de 1966 fue la gran temporada
de Álvaro Tapia. Peleaban el Norte contra San Cristóbal, el Norte contra La
Espuela y San Cristóbal contra La Espuela, pero tan solo a la ventaja entre
cada contrata, o sea que no era una liga como las que luego se han hecho en
Tenerife y en Gran Canaria.
Tapia cuidaba en el Norte, Pablo
Amador en San Cristóbal y Domingo Prieto en La Espuela. Tapia le ganó a Domingo
por 1 riña y entabló con Pablo, quien a su vez le ganó por 5 a Domingo, y con
un capote en la penúltima jornada. Como se ve, fue una temporada equilibrada.
Pablo Amador, pues, tampoco
perdió, e incluso tuvo el mérito de ganarle a Tapia en la última jornada por
3-2 y 2 tablas, empatando la contienda. Lo que ocurre es que Tapia se consagró
al final, ganándole por mantilla rabona a Julián Castillo, que cuidaba en
Triana, y también por mantilla rabona a Pablo, en un día en que se jugaban además
la Bolsa.
Las peleas se celebraron en el
cine de La Vera, en el Teatro Viana y en el Topham.
Este es el programa de la última
jornada entre La Espuela y el Norte. Se proclamó campeón Tapia con “el Che” de
José González Pérez (o sea, Pepito el Canario, gran aficionado de La Orotava) y
Francisco González Casanova (otro de los clásicos orotavenses de la época). El
melado “Napoleón” de los mismos y un gallino de Luis Machado fueron sus otros
triunfos. Domingo se consoló con ganarle las tres últimas riñas, pero hay que decir
que tuvo este año dos grandes gallos: el colorado de Santiago Peraza (que
recordaría años después como uno de los mejores que había preparado) y un giro
de Lope Acosta. También habría que nombrar, aunque preparado por Pablo, a un
gran bragado de don Eduardo Pérez de Ascanio, que ganó tres riñas.
El Norte se llevó la copa de los
puros Peñamil y una caja de champán que donaba la Autoescuela Casanova, y para
Tapia fue el Trofeo Marcelino.
Veamos ahora el programa de las
peleas entre Triana y el Norte.
El Norte ganó las cinco primeras,
entabló la penúltima y solo perdió la última. El mérito de Tapia se acrecienta
al tratarse de Julián su contrincante, que le había ganado a Arnoldo en San
José nada menos que por 16 riñas. Por esos años, a mi juicio, la calidad de las
peleas ya era superior en Tenerife que en Gran Canaria.
Cuatro días después, Tapia logra
otra mantilla rabona, y además ganándole la Bolsa a Pablo Amador, que debió
partir como favorito. Cerraba así el cuidador chicharrero la que fue tal vez su
mejor temporada.
Próximo lunes: los “coroneles” de la liga grancanaria 2013