Alfredo Martín Rodríguez (1943-2023) |
Nicolás Lezcano
Si bien la democratización de la actividad gallística en Canarias ha favorecido la proliferación de nuevos adeptos, también ha conllevado el ocaso de grandes nombres del casteo insular. Sin duda el último gran casteador de Tenerife, y posiblemente de todo el archipiélago, era Alfredo Martín.
Médico cirujano de renombre, de Santa Cruz de La Palma, fue en tierras nivarienses
donde se apasionó por los gallos en la década de los ochenta del siglo pasado,
encerrando en el histórico partido de La Espuela, del que fue presidente varias
temporadas, contribuyendo a mantener el prestigio de una entidad que pocos años después, tras su marcha, caería en un
irremediable declive por la ineptitud de sus sucesores.
Decepcionado con la política asociativa Alfredo, a principios del nuevo siglo, creo su propia gallera, El Agujero, con sede en Arafo, firmando contratas con otros partidos y sobre todo dedicándose a participar en torneos a lo largo y ancho de la geografía insular e incluso en el internacional de Sanlúcar de Barrameda, junto a su gran amigo Frank de Paz, donde fueron recibidos con honores. Al principio con gallos preparados por su inseparable Antonio Gómez “Solera”, y después por él mismo, con magníficos resultados, convirtiéndose en un habitual de los podios año tras año, consagrándose como el casteador más regular de torneos de Canarias. Incluso tuvo la gentileza de preparar unos gallos a un servidor. Siempre apoyado por su hija Nayra. Hasta que la enfermedad le obligó a delegar pero no a cerrar El Agujero, que continuaba activa hasta el día de su fallecimiento, a los ochenta años. Desaparece con él no solo un grande sino toda una institución. Descanse en paz.