domingo, 28 de marzo de 2021

Tenerife, 1985

 

En la temporada 1984-1985, cuidaban Francisco Falcón en el Norte y Anastasio Acosta en La Espuela. Este es el programa de la penúltima jornada, en que, al ganar el Norte por 5-2 y una tabla y subir la ventaja a 9 riñas, se proclamó campeón de la temporada. La última jornada hubo un 5-2 de La Espuela, celebrando la victoria general los aficionados del Norte con lanzamiento de voladores en el Teatro San Martín.

15 riñas suman los gallos veteranos, por lo que fue una casada de las primorosas, de las que atraen a la afición.

Vemos en la lista del Norte tres gallos de su principal casteador, Luis Machado, a nombre de fantásticos aficionados como eran los Hermanos Crusanteros y Pepe Rico. Los tres ganaron este día y dos llegaron a su cuarta pelea. Los casteadores que completan la tanda no son menos ilustres: Tirso García, la Peña Las Arenas y Manuel de León, todos ellos siempre con buenos gallos. El colorado de Manuel de León le dio el alirón al Norte, ya que ganó aunque le bastaba con unas tablas. Culminaba Manuel de León, quien fue con Luis Machado el motor de su partido, una temporada de excepción. Hubo también finos gallos de Víctor Barreto, Peña Tenderete y Borges y Martín.

La lista de La Espuela la abrió un colorado pinto de Luis Pérez de Castro, un gran aficionado del partido chicharrero con quien siempre fue para mí un gusto charlar de gallos. Los Hermanos Acosta Rodríguez y los Sres. Acosta Gómez eran aficionados palmeros, que este año pelearon muchos gallos. Don Florencio González, el joyero de La Laguna, no necesita presentación, y todos sabemos que fue uno de los mayores aficionados laguneros de todo el siglo; como este año don Eduardo Pérez Ascanio encerró en La Espuela, don Florencio también llevó allí sus gallitos, que eran siempre unos pocos pero buenos. Hay también un gallo de Carlos Arbelo, quien luego se asociaría a Francisco Martín (inolvidable soltador) y Antonio Tejera. Yo no lo recuerdo, pero sí, cómo no, a don Antonio Casañas, maestro de soltadores, aficionado de bandera y una persona de exquisito trato, con quien tantas veces departí, incluso en almuerzos los días de peleas, junto a Ramón Trujillo y Chicho Morales, el cantante de ópera. ¡Qué trío fabuloso de aficionados!

Otra persona a quien recuerdo muy bien y con mucho agrado es a Eusebio Mora; le llegué a hacer una pequeña entrevista cuando encerraba en Güímar. Por último, a Juan Santos Bonnet, aficionado serio, no llegué a tratarlo porque solo lo veía en las peleas de La Espuela, y yo no frecuentaba la gallera, viviendo como vivía en la Villa de La Orotava.

La Espuela tuvo también gallos destacados de Alfredo Martín, Horacio Pulido, Ángel Benítez de Lugo, Manuel Espejo y Lope Acosta, todos ellos magníficos aficionados.

Han pasado 37 años, pero cuánto daríamos por disfrutar esta jornada nuevamente, en el magnífico escenario del Parque San Francisco, hoy entregado por la carroña política al abandono a que también han entregado los gallos.


Mientras, Garachico y Güímar celebraban una contrata paralela, que es la primera de las once consecutivas que harían, siempre a placer de la afición y dando una lección de buen entendimiento, que no era lo habitual entre el Norte y La Espuela (baste decir que el año anterior no habían peleado por un jaleo de pesas al final de la temporada de 1983). En Garachico empezó Salud, pero al poco lo dejó y se hizo cargo Fisio, por lo que estamos también ante el comienzo de la carrera del último gran cuidador garachiquense. Hizo un gran papel ante el veterano Piquito, pese a perder por 5 riñas.

Este día ganó Güímar por 4-2, pasando a llevar la primera ventaja de la temporada, ya que en las dos jornadas anteriores se había entablado. No sé qué gallos ganaron, pero no importa (es una pena que unas crónicas aparecidas en el Diario de Avisos no las encuentre en mis archivos, donde debieran estar).

Garachico abrió su tanda con dos gallos del doctor Filiberto López, gran aficionado de Icod de los Vinos, que había traído gallos de América para castear, como los célebres "campanarios". Presidía el partido de Garachico. Luego tenemos tres gallos de la Peña El Boquerón, verbigracia Diego Tabares, quien, como ya vimos hace poco, sigue en la liza gallística. La Peña Los Revuelos tuvo también buenos gallos en Garachico. Otro casteador importante de esta temporada fue el gran Álvaro González, cuyos gallinos harían época en la década siguiente.

La lista de Piquito ofrece dos nombres de auténticos clásicos de la isla, también aún vigentes: el palmero Alfredo Martín y el güimarero Agustín Delgado. La pasión por los gallos de ambos ha sido insuperable, y si otros han vivido tanto como ellos los gallos, nadie los ha vivido más. Notemos también cómo uno de los gallos de Agustín viene a nombre de Adrián Mederos, quien ha sido uno de los estandartes de la afición sureña durante varias décadas. Verdaderos señores de los gallos.

Piquito se lució más con los gallos, haciéndole cuatro riñas un colorado del taxista Julio Castellano (¿quién que lo conoció no se acuerda de él: alto y de voz tronante, campechano, entusiasta, amigo de ley?) y tres un melado de la Peña El Salto y un colorado de Agustín Delgado, que le dio la ventaja definitiva.

Las peleas en Güímar tuvieron lugar en su cine, que pertenecía a los hermanos Jaime y Francisco Almeida, otros dos aficionados memorables... Pero las memorias gallísticas son interminables y una de las cosas más bellas de mi vida, que nunca dejan de emocionarme.

sábado, 13 de marzo de 2021

Arrecife, 17 de mayo de 1985

 

Los programas de gallos son una documentación imprescindible para hacer la historia gallística de las islas. Sin embargo, ninguna gallera ha conservado nunca estas hojitas con los datos de las casadas y de unos eventos que muchas veces han quedado en la memoria de los aficionados. Cuando trabajé en el diccionario pude manejar varias colecciones de programas, pero, casi siempre debido a la falta de tiempo, no tuve la precaución de fotocopiarlos. Por ello, salvo excepciones, solo poseo programas que me han ido regalando algunos buenos aficionados.

Hay programas de épocas ya muy distantes, con nombres de casteadores y cuidadores que nunca conocimos, pero hay otros más cercanos en que al valor histórico se une el afectivo, ya que tuvimos buena relación con algunos de sus protagonistas. En varias ocasiones hemos dedicado artículos a programas antiguos, pero por ahora vamos a seguir centrándonos en programas de épocas cercanas, como este de la jornada final en Arrecife, con la contrata clásica de Teguise y Arrecife, las dos grandes localidades gallísticas de la isla de Lanzarote.

Estamos en el año de 1985, aunque el programa solo diga el día y el mes. Se enfrentan dos cuidadores de campanillas: Adolfo Santana “el Pichón” y Toño Hernández “el Rebotallo”. Por aquellos años, trabajaban muchos palmeros en Lanzarote, y la afición era muy grande, ya que además la gente manejaba dinero. Esto trajo la contrapartida de que se peleaban pocos gallos de la isla, cuando lo ideal en Lanzarote es (como ocurrió en las mejores décadas) completar los buenos gallos locales con algunos traídos de las islas en que castear no ofrecía tantas dificultades, por obvias razones climáticas.

Vemos cómo los gallos de Arrecife fueron en esta jornada todos palmeros, y también apreciamos cómo Teguise peleó dos gallos de Tenerife, en concreto de dos grandes casteadores del Norte, Manuel de León y Luis Machado, sin duda porque en el partido tinerfeño estaba cuidando Paco Falcón, que era de Arucas como “el Pichón”.

Arrecife le llevaba 10 riñas de ventaja a Teguise y ganó esta última jornada por 4-2. Una vez más, “el Rebotallo” pudo lucirse con una lista de lujo, que sumaba 14 riñas frente a las 8 de la tanda del “Pichón”, una cifra también digna de respeto, sobre todo si consideramos la ventaja que le llevaba su rival. Pero sobre todo llama la atención que presentara nada menos que seis gallos de José Rodríguez, más conocido como “el Venezolano”, superlativo casteador de Tazacorte cuyos gallos por esos años deberían ser, junto con los de Luis Machado, los mejores del Archipiélago. Su tanda la completaba el gallo campeón de la temporada, el pinto “Chiquito” de los señores Díaz y Pérez, también grandes casteadores de Tazacorte.

La tanda de Lanzarote la encabezan un melado y un colorado de dos nombres de postín de la afición conejera: Plácido Machín y Andresito Cabrera El primero ya tenía gallos en los años 60 y pocos años después era el presidente de honor de la gallera de Teguise. El hijo de don Andrés Cabrera continuaba desde hacía años la afición de su padre y era considerado por “el Pichón” como uno de los aficionados más sabios de la isla. El colorado que peleó este domingo fue el gallo campeón de Arrecife.

Estos eran los años grandes del “Rebotallo”. En los años 80 ningún cuidador podía hacerle sombra, y ya ninguno repetiría su racha de triunfos espectaculares.

jueves, 4 de marzo de 2021

Manuel Urbano: “Galleras de tiempos otros”

 

Aunque publicado en el año 2014, merece destacarse aquí este magnífico libro de Manuel Urbano, titulado Galleras de tiempos otros.
Manuel Urbano es el gran animador de las riñas de gallos en Venezuela, con su labor incansable en todos los terrenos. De él hemos reseñado aquí dos libritos que son joyas: La historia del Negro Antonio y Valerio, gallero eterno, dedicados el primero a un gallo legendario y el segundo a un aficionado y conocedor extraordinario. Otra de sus publicaciones fue la del Reglamento Nacional, pero también dirigió durante algunos años la revista El Gallo de Cría, que con mucha calidad informativa y muy bien presentada, fue objeto en esta página de nuestra atención con motivo de la aparición de varios de sus números, el último de los cuales fue el 11.
Galleras de tiempos otros se ocupa de galleras históricas nada menos que en quince estados de Venezuela. Siguiendo fuentes orales y escritas, se hace un retrato ameno y vivaz, lleno de anécdotas y curiosidades, y soberbiamente ilustrado, con fotos antiguas pero también, a todo color, más recientes. En portada, una bonita pintura de Francisco Rivero Mendoza.
Manuel Urbano está empeñado ahora en hacer toda la historia de los gallos en Venezuela dándole forma enciclopédica, y a la vez concluye unas Memorias del éxodo de los galleros venezolanos. ¡Esperamos que lleve a buen puerto ambos proyectos!