Esta fue otra temporada de
supremacía de Pablo Amador, que se ha pasado de San Cristóbal al Norte. Le gana
por 15 riñas a Domingo Prieto en La Espuela y por 22 a Álvaro Tapia en San
Cristóbal. Siempre es una proeza cambiar de partido y ganar, y eso es lo que
hizo este año Pablo Amador.
El programa que presentamos es
importante porque, como ha escrito de su puño y letra don Antonio Monteverde,
ese día murió don Juan Lisón, aficionado lagunero extraordinario, desde
principios de siglo hasta este día, en que sufrió un ataque fatal cuando
soltaba por el partido de su pueblo el primer gallo. Don Juan Lisón era uno de
los cronistas que, en los años 20, firmaban en la Gaceta de Tenerife como Espuela y Botana, siendo esas crónicas las
mejores que se han hecho nunca en esa isla.
El resultado fue de mantilla
rabona para el Norte, que entabló la primera, perdió la cuarta y ganó las
restantes.
De quien peleó más gallos Pablo
fue de Luis Machado, quien se va a convertir en las décadas siguientes en uno
de los casteadores más importantes de las islas. Del resto de los nombres,
clásicos de Tenerife, quizás el menos conocido de esta jornada sea Juan
Pacheco, pero tuvo buenos gallos, y creo que era de Los Realejos.
El giro de Melchor Acosta que
ganó este día su tercera riña era conocido como “el Chicho”. Luis Machado tuvo
un melado de cuatro y un giro de tres, y otro de tres fue un gallino de
Torrents y Cejas. El melado de cuatro de Luis Machado le haría a Pablo siete
riñas, el gallino de Torrents y Cejas ocho y “el Chicho” siete. Buenos gallos,
pero a los que un maestro como Pablo logró sacar el máximo rendimiento.
En la tanda lagunera llaman la
atención los “chochitos” de Cristóbal Martín, así llamados porque este
casteador, que cargaba en el muelle chicharrero, era conocido como Cristóbal
“el Chochero”. Por otra parte, téngase en cuenta que, en años posteriores, don
Eduardo Pérez de Ascanio llevaría siempre sus gallos a donde cuidaba Pablo
Amador. En esta temporada, en cambio, permanece en San Cristóbal aunque Pablo
esté en el Norte.
Las peleas se celebraron en el
Viana y en los salones Yeoward, un espacio muy bueno, que es donde está
levantado el actual Ayuntamiento del Puerto de la Cruz.
Tenemos un documento curioso de
esta temporada: la liquidación del domingo primero, por el partido lagunero.
Fueron ese día a los gallos 350 personas, cuando esta temporada última iban 60
ó 70 al Norte y La Espuela mientras que entre Güímar y El Agujero nos llegaron
a hablar de jornadas con menos de 20.
Lo más importante de la temporada
no fueron las peleas, sino el homenaje que se le hizo al final al “Músico”,
quien, a la vez que agradeció el gesto de la afición, con su sensibilidad muy
portuguesa (recordemos que su padre era natural de la Madeira) se sintió triste
por ver que aquel era su fin deportivo.
El bonito trofeo lo poseo yo hoy,
en una estantería de libros frente a la mesa en que trabajo, y si por una parte
no cabe duda que es un privilegio, también me entristece, porque no existe un
museo gallístico a donde pueda ir a parar. Es una pena que no se haga ese
pequeño museo, donde se reunirían objetos, fotos, programas, espuelas, trofeos,
etc. El lugar indicado sería, creo, la isla de La Palma, en la capital, Los
Llanos o Tazacorte. A fin de cuentas, basta con un par de cuartos
consistoriales. Los aficionados, cuando se reúnen para los campeonatos, irían a
verlo, y hasta se podrían hacer postales, llaveros, etc., que ayudarían al
mínimo mantenimiento.
Pero en Canarias dejamos perder
nuestras mejores cosas. Así, por ejemplo, nunca pude ver los archivos de don
Pedro Cárdenes, los mejores de Canarias, y menos mal que muchas de las cosas
que tenía las publicó en su libro Peleas
de gallos. No se le ocurrió otra cosa que regalárselo a Machín, con lo cual
quedó para siempre bloqueado en manos de su familia, sin que, por tanto, haya
servido para nada. Lo mismo pasó con el material de don Saturnino, que decían que
estaba en la Cosmológica de Santa Cruz de La Palma, pero que cuando yo pregunté
ni tenían ni la más remota idea. Si hubiera habido un museo gallístico en
Canarias o un poco más de conciencia de nuestro patrimonio, nada de eso se habría
perdido.
En el muy bello trofeo leemos:
“Homenaje de La Espuela, San Cristóbal y Norte a D. Francisco Dorta Martín como
mejor gallero de Canarias. Temporada 1968”. Esto fue en el Teatro Viana el día
3 de junio, y en la foto aparecen don Domingo de la Rosa, Álvaro Tapia, don
Eduardo Pérez de Ascanio, Cirilo Rolo, Pancho, don Florencio, Luis Machado y
Pablo Amador.