Ya nos aproximamos al final de la correspondencia del poeta del fiscorno y las espuelas.
En esta temporada, Pancho, con Anastasio de corredor, le sacó nada menos que 18 riñas a Domingo Prieto en La Espuela, con dos mantillas incluidas. Hasta jubilado, Pancho seguía siendo el más grande, puesto que, si en el 61 había derrotado a su otro gran discípulo, Pablo Amador, ahora hacía lo propio con Domingo Prieto, desquitándose de paso de la derrota en la liguilla del 59.
El partido de San Cristóbal había surgido en 1957, y estaría en el candelero una veintena de años. Por allí pasaron grandes cuidadores aparte de Pancho, en particular Caballerito, Gato Maruca y Pablo Amador.
Anastasio se hizo gallero en esta temporada con Pancho. Nunca fue un cuidador de élite, ya que eso, como decía Pedro Cárdenes, “hay que mamarlo detrás de la cabra”, y Anastasio ya no era un muchacho en 1965. Pero sí fue un cuidador que ganó muchas temporadas, sobre todo en los partidos de Telde y La Espuela.
Firman esta hoja don Juan Lisón, don Eduardo Pérez Ascanio, don Florencio González y un cuarto que no logro identificar. Los tres primeros fueron excepcionales aficionados laguneros toda su vida.
En esta temporada, Pancho, con Anastasio de corredor, le sacó nada menos que 18 riñas a Domingo Prieto en La Espuela, con dos mantillas incluidas. Hasta jubilado, Pancho seguía siendo el más grande, puesto que, si en el 61 había derrotado a su otro gran discípulo, Pablo Amador, ahora hacía lo propio con Domingo Prieto, desquitándose de paso de la derrota en la liguilla del 59.
El partido de San Cristóbal había surgido en 1957, y estaría en el candelero una veintena de años. Por allí pasaron grandes cuidadores aparte de Pancho, en particular Caballerito, Gato Maruca y Pablo Amador.
Anastasio se hizo gallero en esta temporada con Pancho. Nunca fue un cuidador de élite, ya que eso, como decía Pedro Cárdenes, “hay que mamarlo detrás de la cabra”, y Anastasio ya no era un muchacho en 1965. Pero sí fue un cuidador que ganó muchas temporadas, sobre todo en los partidos de Telde y La Espuela.
Firman esta hoja don Juan Lisón, don Eduardo Pérez Ascanio, don Florencio González y un cuarto que no logro identificar. Los tres primeros fueron excepcionales aficionados laguneros toda su vida.