Al iniciarse ya las peleas de la presente temporada, queremos hoy recordar a un gran cuidador que muchas grandes jornadas deparó a los aficionados canarios: Pablo Amador. Desde joven hasta poco antes de morir, fue un gallero de brega y de saber, que aprendió de los mejores y que siempre quiso hacerlo lo mejor posible.
Pablo Amador cuidó sobre todo en la ciudad de Las Palmas y en su isla, Tenerife, pero aquí lo vemos en su único año palmero, 1978, cuando llevó el histórico partido de Tazacorte. No solo ganó por 19 riñas, sino que hizo una temporada espectacular, hasta el punto de que hay viejos aficionados que lo consideran el mejor cuidador que ha tenido este partido. Como siempre, la escuela del Músico marcaba la diferencia.
De quien más peleó gallos fue de Lope Acosta y de Díaz y Pérez, y precisamente vemos aquí a Pablo acompañado, junto a dos de sus hijos, de Totoño, en la gallera del partido. Faltó salir Quico Acosta, que era su ayudante y para quien este año de aprendizaje con Pablo sería decisivo.
Esta temporada, Silo Acosta, uno de los clásicos aficionados de Tazacorte, se llevó los gallos a Los Llanos, lo que motivó que, tras la última jornada, le fueran a tirar, Pablo Amador incluido, unos voladores a su casa.
En la siguiente foto, más conocida, pero que por primera vez publicamos en color, vemos a Pablo en su última temporada, 1992, cuando, al mando del Norte, tras haber barrido del mapa a La Espuela (no perdió ni una jornada), se hizo con el I Trofeo Eduardo Pérez de Ascanio, derrotando de modo sensacional al partido de Garachico. La foto la hice yo en esa final, que se celebró el 24 de mayo en el cuartel de San Agustín, Villa de La Orotava. Con una pluma en la boca, y mirando el programa apoyado en la tradicional bayeta verde, detrás tiene a Palmerito, a Víctor Barreto y a Pedro Acevedo, este de recuerdos nada agradables para la afición tinerfeña. A la derecha, aparecen Ramón Trujillo, Tato Reyes, Filiberto López.
Pablo Amador cuidó sobre todo en la ciudad de Las Palmas y en su isla, Tenerife, pero aquí lo vemos en su único año palmero, 1978, cuando llevó el histórico partido de Tazacorte. No solo ganó por 19 riñas, sino que hizo una temporada espectacular, hasta el punto de que hay viejos aficionados que lo consideran el mejor cuidador que ha tenido este partido. Como siempre, la escuela del Músico marcaba la diferencia.
De quien más peleó gallos fue de Lope Acosta y de Díaz y Pérez, y precisamente vemos aquí a Pablo acompañado, junto a dos de sus hijos, de Totoño, en la gallera del partido. Faltó salir Quico Acosta, que era su ayudante y para quien este año de aprendizaje con Pablo sería decisivo.
Esta temporada, Silo Acosta, uno de los clásicos aficionados de Tazacorte, se llevó los gallos a Los Llanos, lo que motivó que, tras la última jornada, le fueran a tirar, Pablo Amador incluido, unos voladores a su casa.
En la siguiente foto, más conocida, pero que por primera vez publicamos en color, vemos a Pablo en su última temporada, 1992, cuando, al mando del Norte, tras haber barrido del mapa a La Espuela (no perdió ni una jornada), se hizo con el I Trofeo Eduardo Pérez de Ascanio, derrotando de modo sensacional al partido de Garachico. La foto la hice yo en esa final, que se celebró el 24 de mayo en el cuartel de San Agustín, Villa de La Orotava. Con una pluma en la boca, y mirando el programa apoyado en la tradicional bayeta verde, detrás tiene a Palmerito, a Víctor Barreto y a Pedro Acevedo, este de recuerdos nada agradables para la afición tinerfeña. A la derecha, aparecen Ramón Trujillo, Tato Reyes, Filiberto López.