Salvador Dorta (Foto: Nicolás Lezcano) |
Homenaje
más que merecido, siendo una pena que, dadas las circunstancias, no haya tenido
lugar en un entorno con público de todas las islas, ya que Salvador Dorta ha
sido un emblema de la gallística canaria en todas y cada una de las cuatro
islas donde la afición se ha mantenido durante siglos, dejando grandes amigos
en todas.
En
primer lugar hemos de resaltar el tesón y el corazón con que ha impulsado las
actividades gallísticas insulares durante décadas, participando en infinidad de
torneos y campeonatos, y a la vez su presencia en numerosas ocasiones para
defender con palabra siempre acertada nuestra noble tradición de los ataques de
los ignaros y los malignos.
En
segundo lugar, Salvador Dorta ha sacado siempre buenos gallos, peleados sobre
todo en el partido Norte. Yo recuerdo no pocos de ellos, pero sobre todo, por
la especial significación de su pelea, el colorado que le dio el triunfo a
Tenerife en el VIII Campeonato Regional. Se enfrentaban La Palma y Tenerife en
la final, e iba ganando Tenerife por 3-2 y una tabla. Aunque su gallo venía con
el peso oficial de 3.9, no llegaba a ese peso. Salió como un torpedo y apabulló
al melado de F. F. (gallera Guerra). Realmente es una de esas peleas ganadas al
minuto, pero, con la emoción por lo decisiva que era, La Palma mantuvo hasta
los cinco su gallo, que salió acribillado y nunca tuvo opciones. Este gallo
venía preparado por Toño “el Rebotallo”, quien, al igual que Quico los suyos de
Los Llanos, llevó los gallos del Norte como campanas.
En
tercer lugar, y por último, queremos homenajear aquí también la excelente
calidad humana de Salvador Dorta. Nunca le vi una mala cara, nunca lo conocí
mal dispuesto, sino, al contrario, siempre sonriente y entusiasta, apreciador
de los gallos buenos fueran del bando que fueran y amigo de sus amigos y de
todos los que se le acercaran. Un verdadero señor de los gallos, recto y
cordial.
A
veces podrá pensarse que me desvivo en elogios hacia muchos de los aficionados
a los gallos. Pero cuando repaso los cientos de fotos que hice durante tantos
años y veo tantos rostros, muchos de ellos ya en la tierra de la verdad, pienso
que esta era la mejor afición del mundo, llena de seres iluminados, generosos y
de fuerte, distintiva personalidad en medio de un mundo grisáceo, donde además
la moral y la decencia suelen andar por los suelos. Y no se olvide que yo nunca
fui casteador de gallos (incluso no creo que haya sostenido un gallo en mis
manos más de tres o cuatro veces), sino un simple curioso a quien acabaron
fascinando tanto esta afición insólita como sus gentes incomparables. Salvador
Dorta es para mí, en ese concierto de memorias, una de las presencias permanentes.
*
Abro
esta galería de fotos con estas dos del campeonato de casteadores celebrado en
Tenerife el año 2006, del que resultaron vencedores los Hermanos Negrín y
Salvador Dorta. Sobre la valla aparece Salvador entre Aureliano y Domingo
Negrín; al centro, Alfredo Martin, y a la derecha Ventura Sanjuán y Tato Reyes,
de La Espuela y Güímar respectivamente. La segunda foto se enriquece con la
presencia de más aficionados; entre los que recuerdo sus nombres están Eduardo
Pérez Ascanio, Nemesio Cabrera, Eduardo Fernández de la Puente, Emilio de la
Cruz, Cecilio Acevedo, Iván Darias, Valerón, Rogelio Reyes, Víctor Nieves,
Palmerito, Julio Castellano (hijo) y Tomás Luis.
Otra reunión de amigos, en la finca tejinera de Eduardo Pérez Ascanio, con Pedro Cabrera, Salvador Hernández, Alfredo Martín y Juan Fuentes Tabares.