sábado, 24 de octubre de 2020

Temporada 1980-1981

Siguen en 1981 las crónicas y los comentarios y noticias de Martín Díaz en la prensa de Las Palmas, que permiten reconstruir la temporada jornada a jornada.
Los cuidadores son Anastasio Acosta en Telde, Francisco Falcón en Arucas y José Santana (“El Moño”) en Las Palmas. Como vemos, “El Moño” se ha pasado de Arucas a Las Palmas y Paquito ya es cuidador único de un partido, que es el de su ciudad natal, curtiéndose para llevar al año siguiente el partido Norte. Anastasio, por su parte, inicia su gran época en la gallera teldense. Entre sus ayudantes cuenta con un joven José Luis Martín, paisano suyo llamado a ser uno de los mejores casteadores de la isla grancanaria en las décadas siguientes y hasta el presente. En los programas, aparece Nicolás Guerra como cuidador de Las Palmas junto al “Moño”. Durante una o dos temporadas muy posteriores, Nicolás Guerra se incorporaría a la gallera de Bolaños, visitando varias veces Güímar, donde yo lo conocí.


Seleccionamos el programa de la jornada sexta, entre Arucas y Telde, por aparecer en él un gallo fabuloso que hizo este año cinco riñas fulgurantes y ganó ese día su cuarta, en 45 segundos. Se trata del melado de don José Navarro Calderín, a quien recordábamos en la nota anterior, donde aparecía en una foto de grupo. Arucas ganó este día por 4-3. Abre su tanda un gallino de los “Dos de Oro” de Orlando dos Santos, un gran aficionado a quien recuerdo perfectamente acudiendo con su mujer a las peleas. Era un hombre enorme, de la familia tabaquera Dos Santos, originariamente portuguesa y aún fabricando cigarrillos y grandes puros como los Condal y los Regenta (ahora mismo, dos de las mejores marcas de habanos canarios, con nivel mundial). Sorprende encontrar aún a don José Araña, uno de los aficionados más grandes de todos los tiempos, con gallos desde los años 30. Domingo Díaz volvió a ser uno de los puntales de su partido, del que era además eximio soltador. Cierra la tanda un melado de Argeo Hernández, inolvidable aficionado que sabía de gallos como el que más y con quien tuve muy buena relación, ya que él era del Valle de La Orotava, donde yo vivía, y le gustaba preguntarme por mucha gente que hacía años no veía, y que en muchos casos ni siquiera pertenecían a la afición gallística. Como es bien sabido, Argeo Hernández era hijo de uno de los grandes casteadores del partido Norte, Domingo Hernández Luis. Otro buen casteador de siempre es don Manuel González Rodríguez, cuyo colorado “Carta Guanche” ganó este día.
Por Telde vemos cuatro gallos de don Agustín Cabrera y otros de Antonio Hernández y los señores Corpas y Betancor. Nombres todos con solera.
Martín Díaz publicó esta lista de gallos más rápidos, que además cuenta con una gran foto de Anastasio y Maestro Andrés:


En el siguiente recorte vemos al inefable “Mananá”, uno de los aficionados más simpáticos de la isla, y al lado una nota sobre un retrato que el gran Vinicio Marcos ha hecho del “Moño”, y de cuyo paradero no tenemos por desgracia idea alguna, siendo una pena que nadie se haya tenido el trabajo de localizar o inventariar los cuadros de gallos de Vinicio Marcos, que siempre me han parecido excepcionales:


La siguiente nota, aparecida en El Eco de Canarias el 24 de mayo, narra la presencia de aficionados de Lanzarote en la final de la liga triangular y su visita a la gallera de Telde, que celebraba su triunfo:


En el mismo periódico había aparecido diez días antes este extenso e invalorable reportaje del final de la temporada, con fotos en que vemos al “Pichón” con su barba de estos años y a Gumersindo Toledo, entrañable aficionado que tuvo grandes gallos tanto en Lanzarote como en Gran Canaria:


Esta fue la octava temporada de Adolfo imbatido en el partido de Teguise. Si el año anterior había entablado con Alejandro Niz, ahora le ganaba por nueve riñas. Al año siguiente cuidaría en Arucas.
Veamos esta nota aparecida el 22 de mayo en El Eco de Canarias, dentro de la sección “El deporta en el Noroeste”:


Nos enteramos de la existencia del partido de San Isidro, y el de la Montaña es, por supuesto, el de Antonio Bolaños. Se nombra a casteadores galdenses como Antonio Montesdeoca y David Pérez, que aún peleaban sus gallos más de veinte años después, en la gallera de Gáldar. Y hay nombres de siempre, como Juan Gordillo (“Juanero”) e Isidoro Puga.
 
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Pasemos a la provincia de Tenerife. En la Banda, una gran temporada opuso a Toño “el Rebotallo” en Los Llanos y Roberto en Tazacorte. Toño hace la proeza, no muy habitual, de cambiar de partido y volver a ganar, pero la temporada fue muy reñida, con alternativas, llegándose a la última jornada con solo 3 de ventaja para Los Llanos. Este es el programa que hemos seleccionado, el de la última jornada. Como siempre, muchos gallos con muchas peleas, sumando 16 los de Toño y 10 los de Roberto. Lo primero que llama la atención es la abundancia de gallos de Crispín Rodríguez, quien este año tuvo gallos sensacionales peleados a punto de caramelo por el Rebotallo. Este día no corrió con suerte, ya que le perdieron tres de los cinco. ¿Tres o cuatro? No, tres, ya que el de cinco riñas de la última, al haberse Los Llanos garantizado la ventaja, se decidió no pelearlo, medida muy polémica siempre, ya que, en efecto, el público ha pagado por ver siete peleas. Yo asistí a alguna que otra historia de estas (a veces, lo que ya era una tomadura de pelo, retiraban el gallo del partido vencedor de la contrata a los primeros revuelos). Tazacorte ganó la primera y Los Llanos la segunda, pero las cosas se le complicaron a Los Llanos cuando Tazacorte se hace con las dos siguientes. Los Llanos gana la quinta y la sexta, que ya le da la ventaja, con el colorado de tres peleas de José G. León Sánchez (que supongo sería un hermano de Maso y Añón).
La lista de Tazacorte presenta a casteadores extraordinarios: la Peña El Salto, Manolín Gómez, los señores Díaz y Pérez, Higinio Pulido, Antonio Lorenzo. El pinto de Manolín fue el gallo campeón de la temporada por Tazacorte, al ganar este día su quinta pelea, y los mejores casteadores los señores Díaz y Pérez. Sabemos también que el presidente de valla de Tazacorte fue Felipe Rodríguez y su soltador Antonio Lorenzo Gómez. Toño el Rebotallo cuidaría al año siguiente en Teguise, iniciando en la isla conejera una época sensacional. Como dato curioso, observemos en la publicidad el anuncio de la sastrería Haroldo, siendo este uno de los mejores apostadores de la Banda.


Esta temporada registra el debut como cuidador del último de los grandes galleros de las islas, Quico Acosta. Fue también una gran competición, con alternativas, ganada por la Nueva, donde cuidaba Lilo con el “Galapún” como ayudante, siendo su ventaja final de cinco riñas. La primera jornada duró... 12 minutos, que debe ser el récord de todos los tiempos. La Nueva tuvo gallos tremendos y decisivos de don Agustín Cabrera, como en temporadas anteriores los había tenido cuando cuidaba el Rebotallo, que los recordaba como de los mejores gallos que él había tenido, casi tan buenos como con los aún más célebres “villegas”, que él también recordaba perfectamente.
En Tenerife el Norte con Piquito le ganó por una riña a La Espuela, donde cuidaba otro debutante: Jorge Benítez, tan gratamente recordado por la afición tinerfeña. Fue una temporada mucho mejor que la anterior. La ventaja se la dio a Piquito un melado palmero, de los Adelinos. Diego Tabares hizo una campaña fenomenal, y como gallos deslumbraron un giro carey de Manuel de León y de nuevo el gallino de Los Fogueteros, que ganó su quinta riña.
Por otra parte pelearon El Palenque-Laguna y Garachico, cuidados respectivamente por Pablo Amador y Carmelo Acosta. Pablo, entonces con 54 años, sacó una rápida ventaja que le permitió luego, como los verdaderos maestros, tomarse las cosas con calma. ¡Qué grande para mí sería verlo sobre la valla, una década después!

viernes, 16 de octubre de 2020

Carlos el bombero

Carlos Rodríguez y su mujer, María Candelaria
(Foto Nicolás Lezcano)

Pepe Amador, uno de los grandes aficionados laguneros, nos informa el fallecimiento de Carlos el bombero (o “exbombero”, como prefería presentarse él), un aficionado todo terreno del partido de La Espuela y simpatizante del de Güímar.
Carlos el bombero era una persona muy entusiasta, siempre bien dispuesto y que no se perdía una jornada. Con su mujer, aprovechaba siempre para recorrer los guachinches de la isla, a la cata de los mejores vinos caseros y la buena comida, mostrándose siempre muy puntilloso.
Yo solía preguntarle al final de las peleas por su opinión, y me mostraba el programa con la valoración que había hecho de cada gallo, de modo muy certero y muy objetivo.
Hoy lo homenajeamos con estas dos fotos en que aparece rodeado de aficionados y, como siempre, sonriente. La primera es en un campeonato regional de los celebrados en la gallera del López Socas. Delante, don José Navarro Calderín, que era entonces el patriarca de la afición. Carlos, con la camisa más alegre de todas, aparece entre Valerón y el Kíkere, junto al cual vemos a Palmerito. Exceptuados Valerón y don José, son todos aficionados tinerfeños, entre los cuales vemos a Alberto Plasencia, Cheché, Pedro Cabrera, Menoti, Silvestre el carpintero, Iván Darias, Tato Reyes, Miguel Ángel González Pérez, Vicente Sosa, etc.


Esta otra es en la gallera de Güímar, cuando cuidaba José Carlos Rodríguez (“Caballo de bastos”). Carlos asoma a la derecha entre Fortuny y Anselmo “Barre barre”. Siguen, de pie, Mederos, Agustín Delgado y Felipe el asturiano. A la izquierda, prominente, otro aficionado fuerte de La Espuela, Antoñito Martín, y entre él y José Carlos, Iván y Tato. Es sin duda un día de peleas con Gáldar, ya que junto a José Carlos está Montesdeoca, que no fallaba a una jornada de su partido, fuera en Gáldar o en Güímar:

sábado, 3 de octubre de 2020

Temporada 1979-1980

En la máquina gallística del tiempo vamos a trasladarnos a hace cuarenta años. Muchos aficionados de entonces aún son bien recordados, y no faltan los sobrevivientes. Pero la razón principal es que de las temporadas 1979-1980 y 1980-1981 contamos con una impresionante información en la isla de Gran Canaria, gracias a las lujosas crónicas y noticias que sacó Martín Díaz en El Eco de Canarias y la Hoja del Lunes, con los seudónimos de Pollo Canabuey y Espuela de Oro. Nunca se volverá a ver en la prensa de las islas nada similar.

La clave estuvo quizás en que en 1980 fue inaugurada la bastante fea gallera del López Socas, que supuso un resurgir de la afición, al final efímero, pero que albergaría a las riñas durante cuatro décadas.

Se celebró en Gran Canaria un torneo triangular con los partidos de Telde, Las Palmas y Arucas, cuidados respectivamente por Garrincha, Marcos Melián y (al alimón) el Moño y Paco Falcón. Ganó Arucas en una gran temporada de Machín y de Domingo Díaz, pero también con muy buenos gallos de Argeo Hernández, Juan Rodríguez Drincourt y Orlando dos Santos. A todos estos casteadores yo tuve el placer de conocerlos. Por Telde los mejores gallos fueron los de don Agustín Cabrera, Antonio Hernández (con sus “vino tintos”) y Corpas y Betancor, y por Las Palmas los de Nicolás Díaz de Lezcano, Miguel Jiménez y los señores García y Mesa.

Veamos este artículo de Pollo Canabuey tras la segunda jornada. Interesa sobre todo por la foto de uno de los patriarcas de la afición canaria, don Pedro Cárdenes, que llevaba los gallos en la sangre incluso desde antes de los tiempos trianeros del Músico, y por la referencia a don Nicolás Díaz de Aguilar. Más discutible es la lista de galleros que debían ser recordados, ya que Solís no me encaja en una lista de cuidadores de élite, donde sí debía estar al menos Pepe Palmero:



La temporada avanza y las cosas no le corren bien a Marcos Melián, tan acostumbrado a ganar:



Resaltemos en la anterior minientrevista la pregunta sobre la duración de las riñas. Ya había provocado un artículo de Vinicio Marcos al principio de la temporada y sería una preocupación constante de Martín Díaz. Vinicio Marcos hasta acabaría, indignado, por dejar la afición, y no sería el único. Me gustaría (es una manera de hablar) que hubieran visto algunos bochornosos espectáculos a que tuve yo la desgracia de asistir en estas últimas décadas, con cuidadores y soltadores de segunda categoría, pero también con algunos de campanillas. Y es que, mirando los tiempos de estas dos temporadas que comentamos, no llaman especialmente la atención las peleas interminables con gallos en estado patético o incapaces de clavar las espuelas. Recuerdo una ocasión en Güímar, cuando, ante gallos moribundos que nadie retiraba, mi viejo amigo y egregio cantante de ópera Agustín Morales se levantó exclamando, en plena marea prohibicionista: “¡Que las prohíban! ¡Que las prohíban!”

Pero dejemos los malos humores y veamos aquí al gran Miguel Machín, definido estupendamente por Pollo Canabuey como “el hombre de las 300 espuelas”:



¡Bellos tiempos en que los casteadores y cuidadores se preocupaban por tener espuelas! Hoy es la miseria que se sabe. ¡Pero qué lección la de Machín, una lección tan enorme como su persona!

El Moño era sobre todo un cuidador de brega, sin muchas finuras, pero esta temporada contaba con Francisco Falcón, quien se convertiría en un gran gallero ya durante sus siguientes años en el Norte de Tenerife. Martín Díaz habla brevemente de él y recuerda su época boxística (y señálese que Martín Díaz estuvo ligado a la Federación de Boxeo y fue también cronista de ese deporte):



La siguiente foto, en la crónica de la séptima jornada, nos presenta a un excelente aficionado que asociamos a Arucas, pero que en este año es ayudante de Marcos en la gallera de Las Palmas. Se trata de Manolo Ruiz, muy joven, empuñando su melado “Secuestro”. Recuerdo muy bien la simpatía y el entusiasmo de este gran aficionado, con quien coincidí en muchas ocasiones. Homenaje le sea aquí dado:



No traté en cambio a don Miguel Jiménez Jorge, porque ya había fallecido cuando yo comencé a escribir de gallos. Aquí, Pollo Canabuey le pregunta por los “ferralegios”, para que le explique el por qué de tan curioso nombre:



Pollo Canabuey lo llama “uno de los veteranos casteadores de Gran Canaria”, y es que había comenzado en el partido de Triana a fines de los años 30. Sí me lo recordaba mucho Genaro Martín, el gran bodeguero de Santa Úrsula a quien dedicamos hace unas semanas un artículo: “don Miguel Jiménez, el de la clavellina”, ya que iba por su bar y siempre llevaba puesto en la solapa un clavel rojo. No aludí en el artículo de Genaro a los aficionados de otras islas que por allí pasaban y que él recordaba: otro era don Pedro Montesdeoca, el inveterado apostador y comerciante de queso de Guía.

En la noticia siguiente, Pollo Canabuey anuncia el resurgir del partido de Cardones, auspiciado por Gregorito, que acabaría fundiéndose con el de Arucas, como es archisabido

Pollo Canabuey se equivoca ahora en sus predicciones, ya que da por vencedor a Telde, a mi juicio por aún no saber la categoría de quién estaba cuidando en Arucas (y no me refiero al Moño, sino a Paquito). Pero la foto y la semblanza de Antonio Hernández valen la nota:



Este otro artículo da noticia de la placa dedicada en la gallera del partido de Las Palmas a don Nicolás Díaz de Aguilar, y evoca a su gallo más famoso de la gran liguilla interinsular de 1959:



Y ahora, he aquí el programa de la temporada que he seleccionado:



Fue un gran día de Domingo Díaz, ya que le ganaron por cuarta vez su gran colorado “Cola Larga” y un melado. No sé si el colorado de la sexta de Antonio Hernández es el famoso “Pimpi”, que llegó a ganar ocho peleas y acabó inmortalizado por la paleta de Vinicio Marcos en una de las mejores pinturas de gallo que se han hecho nunca. De ser así, esta fue una jornada antológica, con el “Cola Larga” y el “Pimpi”.

Pollo Canabuey le hace una rápida entrevista a Maestro Andrés, motivada por los éxitos de su gallino veloz:



Y también le cede la palabra a uno de los hijos del Pichón viejo, quien explica el origen de un apodo que llegaría a su sobrino, el gran Adolfo Santana, quien por cierto este año cuidaba de nuevo en su emporio de Teguise, donde acabó la temporada entablando con Alejandro Niz en Arrecife:


 

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¿Y en la provincia de Tenerife?

En Santa Cruz de La Palma, Piquito, en la Guerra, le saca 21 riñas a Roberto, en la Nueva. Pese a la diferencia tan abultada, fue una gran temporada, con un primer tramo muy igualado.

En la Banda, Toño el Rebotallo, con Quico como ayudante, en Tazacorte, le saca una ventaja de 13 riñas a Maso y Miguel Acosta en Los Llanos, que esta temporada por cierto inauguraba su magnífica gallera. Toño comenzó con uno de sus típicos capotes y, como siempre, logró que sus mejores gallos le hicieran cuatro, cinco y seis peleas.

En Tenerife, la contrata histórica La Espuela-Norte fue favorable al partido capitalino, que cuidaba Anastasio, quien logró sacarle 23 riñas a un Norte muy flojo donde empezó cuidando Arnoldo, para ser sustituido por su ayudante, Suso Yánez, cuando llevaba 8 riñas en contra. Fue un año de grandes gallos de don Ángel Benítez de Lugo, pero el mejor gallo lo tuvo el Norte, un gallino de Los Fogueteros.

Esta temporada fue la primera de las dos que hizo el partido del Palenque, cuya presidencia ostentaba don Domingo de la Rosa. Álvaro Tapia le ganó por 2 riñas a Carmelo Acosta en Garachico. Al final de la temporada el Palenque peleó con Tazacorte. Solo tengo el resultado del primer enfrentamiento, favorable al Palenque, con una tanda de siete gallos de Pérez Ascanio, cinco de ellos peleados y ganando uno su cuarta riña y otro su quinta. Toño no parece haber traído su batería pesada, pero no hay que restarle mérito a Álvaro Tapia, que siempre se lució en este tipo de “duelos”. Tapia y Toño son otras dos personas que ha sido para mí un privilegio haber conocido. Veamos el programa de esta jornada, anunciando para una próxima entrega el comentario de la temporada 1980-1981: