sábado, 11 de abril de 2020

Recordando a Chicho “el Capitán”

José Manuel Moreno, "Chicho"
(Foto N. Lezcano)

Se cumple el próximo año el centenario de la fundación del partido de La Espuela, cuyo historial alcanzó sus más altas cotas con Pancho el Músico como cuidador y que ha tenido una afición fabulosa desde sus orígenes hasta nuestros días.
Al yo residir en La Orotava en los años 90 y en la primera década de este siglo, trabé amistad sobre todo con los aficionados del Norte, pero una vez comenzaron a celebrarse las peleas de la histórica contrata en la casa de gallos de La Espuela, pude tratar allí a excelentes aficionados, entre los cuales voy a recordar hoy a uno que hizo honor como pocos a la definición de la afición gallística como “deporte de caballeros”. Me refiero a Chicho “el Capitán”, quien no fallaba a una sola pelea y a quien siempre era un placer saludar en las gradas, mientras tanto él como yo hacíamos humear un habano palmero. Pocas personas más cordiales y ponderadas, exquisitas en el trato, y capaces de juzgar una riña de gallos sin la parcialidad partidista o amiguista. En no pocas ocasiones, para la redacción de mis crónicas, buscaba yo en él la opinión que corroborara la mía... o que me obligara a corregirla.
No resulta sorprendente saber que su afición arraigó en la niñez, cuando acudía con su abuelo al Círculo de la Amistad de Santa Cruz. Aficionado en su juventud también a las palomas (lo que no es raro en el mundo gallístico), a los quince años cambió unas palomas por tres gallos, uno de los cuales le salió bueno, el melado Roscasio, que le duró bastantes años, pero al que solo peleó una vez porque su abuelo juzgaba que era muy buen gallo como para pelearlo porque sí. Chicho hacía pechas en la calle con sus amigos del barrio de Los Llanos, lo que por sí solo habla de lo arraigada que estuvo la afición en los barrios populares de la capital tinerfeña hasta mediado el siglo XX.
Esta anécdota, referida por la hija de nuestro añorado amigo, podría haber sido el comienzo de la entrevista que nunca le hicimos. Nos contentamos hoy con presentar una serie de fotografías y con reproducir la nota que le dedicó Nicolás Lezcano en noviembre de 2018. Y yo me imagino idealmente sentado a su lado, respirando el aroma de nuestros habanos palmeros, mientras seguimos la pelea entre un giro de cuatro peleas del Norte y el melado Roscasio...

Con Agustín Delgado, en la gallera de La Espuela
(Foto N. Lezcano)