Hoy presento dos fotografías del partido Norte en
los triunfales tiempos de Francisco Falcón. No sé cómo llegaron a mis manos, en
papel fotocopiado. Tampoco puedo identificar a algunos de los presentes, lo que
sería fácil si pudiera hablar con algunos viejos aficionados. Quedan estas
dudas pendientes.
En la primera foto vemos, de izquierda a derecha,
a Vicente Amador, Paco Falcón, Modesto Torrens, Luis Machado, Manuel de León y Valentín de Armas.
Vicente Amador, de los Realejos, era un
aficionado que sabía mucho de gallos y que solía pasarse hasta el día entero en
la gallera. Casteó con el también realejero Benito Domínguez. Mucho podría
habernos contado, ya que su afición se extiende desde fines de los 40 hasta los años
90. Murió en un estúpido accidente de coche.
Modesto Torrens, farmacéutico de La Orotava,
también era un gran conocedor de gallos. Lo recuerdo perfectamente en las
peleas del Parque San Francisco del Puerto de la Cruz, a fines de los años 80, sentado
en la grada con su segunda mujer, que era alemana. Era una persona afable y
cordial, prendas heredadas por su hijo, quien continuó la afición con todo
entusiasmo relanzando con Filisberto López el partido de Garachico y casteando
con Manuel Luis aquellos gallos espectaculares de Pena Ucanca.
Luis Machado no necesita presentación, ya que fue
uno de los más grandes casteadores canarios de los años 70 y 80, pero además,
tras retirarse por motivos de salud, sus castíos siguieron luciendo por ejemplo
en los gallos de pura raza que tuvo Víctor Barreto en el Norte ya a lo largo de
los años 90.
En cuanto a Manuel de León, fue otro fino casteador, de una regularidad pasmosa en la calidad de sus animales. Valentín de Armas, por último, es un gallista aruquense de renombre, sobre quien hemos hablado en la anterior crónica.
La segunda foto retrata uno de esos momentos de
convivencia que han generado los gallos. De espaldas, a la izquierda, eufórico,
está Manuel Fariña, que fue muchos años administrador del Norte y tuvo buenos
gallos. Quien bebe un vaso de vino es, creo, Tirso García, otro puntal del
partido, de quien se cuentan felices anécdotas (por ejemplo, la del león que se
había escapado de un parque animal cercano y apareció en el jardín de Tirso,
quien estaba tomándose una copa y al verlo se levantó marchándose lentamente al
interior de su casa; o la de las dos suecas que le pusieron en la bebida un
afrodisiaco, con consecuencias que ya nos alejan mucho del tema de esta nota). Agachado
y con camisa amarilla está el indestructible Pedro Cabrera, o Pedro el de las
Tapias, ya que esa era su peña casteadora, complementando esa labor con otra en
que ha destacado hasta el presente: la de soltador del partido, siempre en su
sitio y siempre muy compenetrado con el cuidador. A su lado están Luis Machado
y Vicente Amador. Detrás de este, Francisco Falcón (entonces cuidador del
partido), Manuel de León, y Juan Díaz.
Ambas fotos fueron sacadas en la gallera de Santa
Úrsula. Esta casa de gallos junto a la autopista, fue usurpada
de mala manera, pero no vamos a destapar bajezas de quienes deberían saber que,
si los gallos han sido siempre un deporte de caballeros, la caballerosidad no
se limita a lo que pase sobre la valla. Amenazada de ocupación, los aficionados
durante un tiempo nos fuimos turnando por las noches, y yo mismo hice guardia
con otro gran aficionado de Los Realejos, Antonio Platero.
¡Gran afición la del Norte!