Falleció recientemente Tato Reyes, uno de los grandes aficionados de la isla de Tenerife y uno de los puntales del partido de Güímar.
En 2011 le dediqué este artículo:
Uno de los grandes aficionados de la isla de Tenerife es sin duda Tato Reyes, a quien vemos aquí con uno de sus bonitos gallos, y en compañía de otro aficionado de toda la vida, el santacrucero Alberto Plasencia.
Tato Reyes ha encerrado siempre sus gallos en el partido de Güímar, del que es uno de sus baluartes desde hace muchos años. Sus gallos, con poca cantidad cada temporada pero, salvo los baches que sufre todo casteador, depurada calidad, han venido siempre a nombre de la Peña Las Lajas, formada por él e Iván Darias, quien por cierto lo sucedió en la presidencia de Güímar y es otro de los puntales actualmente de este gran partido.
Aficionado serio, Tato Reyes, como buen güimarero, es la hospitalidad personificada, un anfitrión siempre espléndido para los que acudíamos a la ciudad sureña (y los que siguen acudiendo) para disfrutar de nuestra afición favorita. Su franqueza y buen talante se evidencia, para quien sepa leer los rostros, en esta sencilla foto que le sacamos hace algunas temporadas.
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Los años ruedan inexorables y en el recuerdo de quienes vamos sobreviviendo se iluminan rostros y momentos. Grandes momentos me brindaron los gallos de Peña Las Lajas, en especial sus colorados, como uno que les preparó Jorge Benítez en 1993 contra Garachico, pero aun mejores momentos son los que pasé con la afición güimarera, la más hospitalaria de todas las islas junto a la de Telde en los tiempos de Antonio Hernández, a juicio avezado de quien esto escribe. Tato Reyes era el hombre clave del partido, junto a Gonzalo Alberto, Adrián Mederos y Antonio Jorge, una peña fija (¡vaya equipo!) que lo daba todo por su partido. De él recuerdo su buen talante, que no excluía una personalidad enérgica, y la cordialidad de que siempre me dio muestra. Era un hombre frontal, sin dobleces. Recuerdo el día en que fui a ver el lugar donde tenía sus perros de caza y me enseñó un hurón, primero que yo veía en mi vida. Y los encuentros en las pechas, tanto como en las sabrosas comidas que organizaba el partido para los amigos o en los campeonatos, con la sopa de cabra y las pellas de gofio preparadas por las tan modestas como excelentes cocineras güimareras. También, en los campeonatos regionales, antes de que estos se convirtieran en una farsa federativa.
Selecciono unas cuantas fotos en que registré a este inolvidable aficionado y casteador, que para mí fue una persona modélica, impecable.
Comienzo con fotos de grupo. En la primera aparece entre Iván Darias y José Carlos Rodríguez, cuidador del partido durante muchos años (lamento no tener alguna con Jorge Benítez, el otro cuidador emblemático del partido en estas últimas décadas):
En esta, Tato Reyes aparece en un extremo y Gonzalo Alberto en el otro. Es por fuera de la casa de gallos güimarera:
Otra foto en la gallera del partido:
Aquí Tato aparece entre dos "ilustres": nada menos que Machín y Antonio Hernández, los hombres claves de los partidos de Arucas y Telde. Los cuidadores son Suso Yánez y José Carlos:
Otra foto en la valla del partido. A la derecha de Tato, Agustín Delgado, extraordinario casteador de Güímar, que en ese año encerraba en el partido de su pueblo:
Con Piquito en Los Llanos, cuando Tenerife se proclamó campeona regional. Piquito había sustituido a Jorge Benítez en el tramo final de la temporada y recibió en el Camilo León la mayor ovación del evento:
Esta foto es la más conocida: año 2000, Teguise, de nuevo con la isla de Tato campeona regional. Lo vemos al fondo, entre Gonzalo Alberto y Pedro Cabrera.
Tato Reyes, Antonio Bolaños (gracias a quien hubo peleas regulares en Güímar durante varias temporadas) y Adrián Mederos:
Por último, una foto en que el objetivo es un curioso naranjo (color muy infrecuente) de Antonio Jorge, pero que sorprende espontáneamente a Tato en el centro y el perfil de Gonzalo Alberto a la derecha: