miércoles, 28 de agosto de 2013

Tenerife, 1968


Esta fue otra temporada de supremacía de Pablo Amador, que se ha pasado de San Cristóbal al Norte. Le gana por 15 riñas a Domingo Prieto en La Espuela y por 22 a Álvaro Tapia en San Cristóbal. Siempre es una proeza cambiar de partido y ganar, y eso es lo que hizo este año Pablo Amador.
El programa que presentamos es importante porque, como ha escrito de su puño y letra don Antonio Monteverde, ese día murió don Juan Lisón, aficionado lagunero extraordinario, desde principios de siglo hasta este día, en que sufrió un ataque fatal cuando soltaba por el partido de su pueblo el primer gallo. Don Juan Lisón era uno de los cronistas que, en los años 20, firmaban en la Gaceta de Tenerife como Espuela y Botana, siendo esas crónicas las mejores que se han hecho nunca en esa isla.
El resultado fue de mantilla rabona para el Norte, que entabló la primera, perdió la cuarta y ganó las restantes.
De quien peleó más gallos Pablo fue de Luis Machado, quien se va a convertir en las décadas siguientes en uno de los casteadores más importantes de las islas. Del resto de los nombres, clásicos de Tenerife, quizás el menos conocido de esta jornada sea Juan Pacheco, pero tuvo buenos gallos, y creo que era de Los Realejos.
El giro de Melchor Acosta que ganó este día su tercera riña era conocido como “el Chicho”. Luis Machado tuvo un melado de cuatro y un giro de tres, y otro de tres fue un gallino de Torrents y Cejas. El melado de cuatro de Luis Machado le haría a Pablo siete riñas, el gallino de Torrents y Cejas ocho y “el Chicho” siete. Buenos gallos, pero a los que un maestro como Pablo logró sacar el máximo rendimiento.
En la tanda lagunera llaman la atención los “chochitos” de Cristóbal Martín, así llamados porque este casteador, que cargaba en el muelle chicharrero, era conocido como Cristóbal “el Chochero”. Por otra parte, téngase en cuenta que, en años posteriores, don Eduardo Pérez de Ascanio llevaría siempre sus gallos a donde cuidaba Pablo Amador. En esta temporada, en cambio, permanece en San Cristóbal aunque Pablo esté en el Norte.
Las peleas se celebraron en el Viana y en los salones Yeoward, un espacio muy bueno, que es donde está levantado el actual Ayuntamiento del Puerto de la Cruz.
Tenemos un documento curioso de esta temporada: la liquidación del domingo primero, por el partido lagunero. Fueron ese día a los gallos 350 personas, cuando esta temporada última iban 60 ó 70 al Norte y La Espuela mientras que entre Güímar y El Agujero nos llegaron a hablar de jornadas con menos de 20.


Lo más importante de la temporada no fueron las peleas, sino el homenaje que se le hizo al final al “Músico”, quien, a la vez que agradeció el gesto de la afición, con su sensibilidad muy portuguesa (recordemos que su padre era natural de la Madeira) se sintió triste por ver que aquel era su fin deportivo.
El bonito trofeo lo poseo yo hoy, en una estantería de libros frente a la mesa en que trabajo, y si por una parte no cabe duda que es un privilegio, también me entristece, porque no existe un museo gallístico a donde pueda ir a parar. Es una pena que no se haga ese pequeño museo, donde se reunirían objetos, fotos, programas, espuelas, trofeos, etc. El lugar indicado sería, creo, la isla de La Palma, en la capital, Los Llanos o Tazacorte. A fin de cuentas, basta con un par de cuartos consistoriales. Los aficionados, cuando se reúnen para los campeonatos, irían a verlo, y hasta se podrían hacer postales, llaveros, etc., que ayudarían al mínimo mantenimiento.
Pero en Canarias dejamos perder nuestras mejores cosas. Así, por ejemplo, nunca pude ver los archivos de don Pedro Cárdenes, los mejores de Canarias, y menos mal que muchas de las cosas que tenía las publicó en su libro Peleas de gallos. No se le ocurrió otra cosa que regalárselo a Machín, con lo cual quedó para siempre bloqueado en manos de su familia, sin que, por tanto, haya servido para nada. Lo mismo pasó con el material de don Saturnino, que decían que estaba en la Cosmológica de Santa Cruz de La Palma, pero que cuando yo pregunté ni tenían ni la más remota idea. Si hubiera habido un museo gallístico en Canarias o un poco más de conciencia de nuestro patrimonio, nada de eso se habría perdido.
En el muy bello trofeo leemos: “Homenaje de La Espuela, San Cristóbal y Norte a D. Francisco Dorta Martín como mejor gallero de Canarias. Temporada 1968”. Esto fue en el Teatro Viana el día 3 de junio, y en la foto aparecen don Domingo de la Rosa, Álvaro Tapia, don Eduardo Pérez de Ascanio, Cirilo Rolo, Pancho, don Florencio, Luis Machado y Pablo Amador.


lunes, 19 de agosto de 2013

Argual, 28 de mayo de 1967


¡Atención! Estamos ante el programa de gallos más fantástico de la historia. Nunca en toda Canarias se había visto una cosa así, ni se volverá a ver: los gallos de aquel increíble 28 de mayo sumaban... ¡43 riñas!
La temporada anterior ya había sido calificada de “extraordinaria” por los viejos aficionados. Cuidaban también Roberto y Piquito en Los Llanos, pero en Tazacorte lo hacía Israel, que ganó por 1 riña. La última jornada llevaba 8 de ventaja y perdió por capote, un capote con el que Los Llanos parecía anunciar su tremenda temporada del 67.
Añón y Maso tuvieron este año, como siempre en Tazacorte, muy buenos gallos, pero Los Llanos, con los célebres “villegas”, lograron superarlos. Los primeros “villegas” los había traído Julián el año que cuidó en Los Llanos. Se fue casteando con ellos, sobre todo José Roberto Pérez Yanes (hijo del legendario don Pepe Melquiades y por tanto tío de José Luis Melquiades), y los frutos llegaron ahora.
En la jornada 12, las dos tandas sumaban 30 riñas, pero este día se batieron todos los records.
Tazacorte, como pone el programa, llevaba 3 riñas. Ganó la primera, y al caer uno de los pesos pesados, o sea el colorado de Polo Viña, que sumaba nada menos que 7 peleas, casi que se podía considerar la temporada sentenciada.
Este fue el primer “villegas” del día, siendo los otros los gallos de la segunda, la quinta, la sexta y la séptima, que ganaron todos.
El melado de Toto Pino también sumaba 7 peleas, 4 ganadas este año. Nada pudo hacer con él el novato de Juan Martín.
En la tercera partía como favorito el colorado de 3 riñas de Silo Acosta, pero el colorado de los Adelinos logró una tabla que iría a ser decisiva.
La cuarta fue espectacular, con el gallo campeón de Tazacorte, o sea el giro de 6 riñas de Lope Acosta, viéndoselas ante un giro de Pedrianes que tenía 5, dos de ellas este año. El fantástico giro de Lope pierde, y la atmósfera ya es electrizante. Recordemosque tal era la rivalidad entre Los Llanos y Tazacorte por aquellos tiempos gallísticamente felices, que las aficiones no se mezclaban.
El resto fue un desfile de los “villegas” de Pérez Yanes: el pinto de Marcos Acosta, el legendario “Popotito” y el no menos legendario pinto de Juan Capirote (así conocido, aunque no viniera a su nombre). La última y decisiva fue una riña rápida, tercera que ganaba el pinto este año y séptima de su historial.
Los “villegas” eran típicos gallos canarios jugadores, que por algo procedían de uno de los más grandes casteadores que han tenido las islas. El “Popotito” tomó su nombre de una canción de rock de la época, sin duda porque el gallo parecía un bailarín.
El “Popotito” tenía las tres peleas de este año. Al siguiente (al igual que el pinto de Juan Capirote, que ganaría su octava) volvió a ganar, y tanto gustó a todos los aficionados, que Marín Gómez, a pesar de ser de Tazacorte, cuando escribió una temporada crónicas del Norte y La Espuela en la prensa de Tenerife, firmó con el apodo gallístico de “el Popotito”.
Otros grandes gallos de esta mágica temporada, pero que no pelearon en la jornada final, fueron, por Los Llanos, un retinto de Melquiades, un pinto de Lalo Pérez Rodríguez y un colorado de Pérez Yanes, y por Tazacorte un giro de Cirilo González y un melado de Faustino Lorenzo.
Al año siguiente, Arnoldo cuidó en Los Llanos y Añón en Tazacorte. No hubo continuidad, y Tazacorte volvió a hacer valer la calidad de sus castíos, propinándole a Los Llanos una paliza. Los “villegas” ya habían dado lo que tenían que dar, y Tazacorte tuvo grandes gallos de Cirilo González, Lope Acosta, Silo Acosta, Miguel Martín, los hermanos Acosta Gómez, etc.
Veamos ahora una foto ya conocida, pero que viene al caso: Juan Capirote con su gallito, al que le hablaba como si fuera una persona:

Cuidadores en La Palma

De buena fuente nos llegan los nombres de los cuidadores que llevarán la próxima temporada los partidos históricos de La Palma. Son ellos Josito repitiendo en Tazacorte, Víctor Nieves “el Chamo” en Los Llanos, Toño “el Rebotallo” pasándose de la Nueva a la Guerra y Samuel Acosta en la Nueva.
Solo lo sentimos por La Espuela, que al fin contaba con un cuidador a la altura de sus pergaminos. Pero como ya dijimos un par de veces, hoy lo bueno dura poco.

lunes, 12 de agosto de 2013

Tenerife, 1967



En esta temporada tinerfeña volvió a hacerse la liguilla del año anterior. Pablo Amador seguía en San Cristóbal y Álvaro Tapia en el Norte, mientras que en La Espuela, en vez de Domingo Prieto, estuvo otro gran cuidador: Arnoldo Pérez. Ahora Pablo mostró su superioridad total (recuérdese que el año anterior, aunque le ganó a La Espuela, entabló con el Norte). A Arnoldo le sacó 13 riñas, y a Tapia 3. Por su parte, Arnoldo derrotó a Tapia por 3. Las peleas se hicieron en el Viana de La Laguna y en El Penitente del Puerto de la Cruz.
Esta fue la última jornada entre Pablo y Arnoldo. Al ganar por 4-1 y 2 tablas, la ventaja definitiva, en solo 6 jornadas, fue, como dijimos, de 13 riñas.
En la tanda de la capital, vemos en primer lugar a un gran casteador palmero: José Pulido, más conocido como “Carola”. Los Magníficos era una peña de aficionados de La Espuela, que estos años pelearon muchos gallos, algunos con varias victorias. El resto son clásicos de La Espuela: don Ángel Benítez de Lugo, don Robustiano Díaz, don Alonso Lecuona y el veteranísimo don Pedro Tabares, que ya tenía gallos en los años 30.
Por San Cristóbal, tenemos a dos extraordinarios aficionados laguneros: don Juan Lisón y don Eduardo Pérez de Ascanio, pero lo que llama más la atención son los tres gallos de Emilio de la Cruz, histórico aficionado de Santa Cruz de La Palma, que fue uno de los grandes amigos del maestro  Pablo Amador.
A San Cristóbal le ganaron los gallos de la 2ª, la 4ª, la 5ª y la 6ª. Repárese en que el tuerto de don Juan Lisón ganó por tercera vez. El único que ganó del Norte fue el giro de “Carola”.
 
 
Tres días después, Arnoldo se desquitaba de su derrota con Pablo Amador. Dos riñas le llevaba Tapia, pero Arnoldo obtuvo en la última jornada nada menos que una mantilla, que lo adelantó definitivamente en 2 riñas. Ganó las cuatro primeras, perdió la quinta y se hizo con las dos últimas, por lo cual todo se decidió en la última. Abrió de nuevo con un gallo palmero, destacando en el resto de la lista la viuda de Juan Santana Villalba, que entre este año y el 71 siguió llevando a la gallera los gallitos de tan buen aficionado. Tapia naufragó en la jornada decisiva, y eso que subió a la valla gallos de casteadores todos ellos punteros. Destaquemos los nombres que llevaban todos sus gallos, una bonita costumbre que hoy casi se ha reducido a La Palma. Entre los propietarios de los gallos encontramos a don Pedro Rodríguez, casteador fundamental del Puerto (y que tantos gallos peleó en San José), y a un muy joven Felipe Reyes, de todos los nombres el único que aún asiste a las peleas, siempre apoyando al partido del Norte.
Dos gallos de Pablo hicieron cuatro peleas: un colorado de don Florencio González y otro de Joaquín Barreto, mientras que el colorado tuerto de don Juan Lisón, como dijimos, hizo tres. Tres le hicieron a Tapia un melado y un gallino de Luis Machado, un negro de los Acevedo y un colorado de José González Pérez y Francisco González Casanova, y a Arnoldo un retinto de Enrique Quintero, un melado de Los Magníficos y otro del palmero José Roberto Pérez Yanes, que fue con el que le sacó la ventaja definitiva a Tapia.
Varios gallos traían peleas de años anteriores. El colorado de don Florencio, que había ganado cuatro, ganó otra más. El gallino “Triste” de González Pérez y González Casanova, que ya había ganado dos, sumó la tercera. En cambio, un retinto de Los Magníficos de cinco peleas, perdió la que podía haber sido su sexta victoria.
En suma, una buena temporada, con muchos buenos gallos.
Y ahora, como bonus, he aquí la curiosa foto de una vieja cajetilla de cigarros chilenos, enviada por uno de los buenos amigos de esta página:
 
 

viernes, 2 de agosto de 2013

Arrecife, 1967


A 10 jornadas, este año Arrecife le ganó por 3 riñas a Teguise. No sabemos el resultado de este penúltimo domingo, sino solo lo que vemos en el programa, que además no pone la ventaja.
Federico Armas, que tenía como ayudante a Garrincha, había perdido en la temporada anterior ante Alejandro Niz por 6 riñas, así que pudo ahora sacarse la espina, aunque fuera ante otro cuidador, en concreto Perico Hernández, cuñado de Alejo Yánez.
Recordemos que el coñac Terry lo representaba Casto Martínez, un gran aficionado, hermano de Luis Martínez.
Pelearon en esta jornada cuatro gallos de una pelea, uno de dos y uno de tres. En el decisivo domingo, la galería sería aún superior: dos de una, cuatro de dos y dos de tres. Los dos de tres fueron un retinto de Gonzalo Cabrera por Arrecife y un giro de Marcial Toledo por Teguise.
En esta jornada novena, se apreciará el apoyo de los gallos de Gran Canaria, con los que la afición conejera solía completar sus casas de gallos. Don José Estévez tuvo muchos buenos gallos en Teguise, mientras que por Arrecife aparece un gallo de don Manuel Álvarez Peña y otro del que no se dice el casteador, sino solo que es de Las Palmas.
La familia Blancas está presente en uno y otro lado, y clásicos de la isla eran Jesús López Socas, Tomás Armas (“Chacón”), Juan Arrocha y José Arroyo. El único nombre que se me escapa es el de José Luzardo, pero Alejo recuerda a unos Luzardos que tenían gallos.


Acabada la temporada, Arrecife celebró dos jornadas con la gallera de Tapia, quien había cuidado en Teguise en 1964, llevando los gallos Antonio Tejera. Ya el 4 de junio pelearon Arrecife y Vegueta, donde cuidaba Antonio Gutiérrez. Es el programa que vemos aquí, con otro nombre muy importante por parte lanzaroteña: el del casteador y luchador Pedro Rodríguez. Por parte grancanaria, todos los nombres son bien conocidos. Antonio Gutiérrez venía de ganar tres temporadas consecutivas al mando de la gallera de Cardones, pero en Vegueta, recién creado como secesión de San José, no pudo con Julián en Triana, que le ganó por 6 riñas, mientras que Vegueta triunfaba sobre San José (con “el Moño”) por 5.