lunes, 12 de agosto de 2013

Tenerife, 1967



En esta temporada tinerfeña volvió a hacerse la liguilla del año anterior. Pablo Amador seguía en San Cristóbal y Álvaro Tapia en el Norte, mientras que en La Espuela, en vez de Domingo Prieto, estuvo otro gran cuidador: Arnoldo Pérez. Ahora Pablo mostró su superioridad total (recuérdese que el año anterior, aunque le ganó a La Espuela, entabló con el Norte). A Arnoldo le sacó 13 riñas, y a Tapia 3. Por su parte, Arnoldo derrotó a Tapia por 3. Las peleas se hicieron en el Viana de La Laguna y en El Penitente del Puerto de la Cruz.
Esta fue la última jornada entre Pablo y Arnoldo. Al ganar por 4-1 y 2 tablas, la ventaja definitiva, en solo 6 jornadas, fue, como dijimos, de 13 riñas.
En la tanda de la capital, vemos en primer lugar a un gran casteador palmero: José Pulido, más conocido como “Carola”. Los Magníficos era una peña de aficionados de La Espuela, que estos años pelearon muchos gallos, algunos con varias victorias. El resto son clásicos de La Espuela: don Ángel Benítez de Lugo, don Robustiano Díaz, don Alonso Lecuona y el veteranísimo don Pedro Tabares, que ya tenía gallos en los años 30.
Por San Cristóbal, tenemos a dos extraordinarios aficionados laguneros: don Juan Lisón y don Eduardo Pérez de Ascanio, pero lo que llama más la atención son los tres gallos de Emilio de la Cruz, histórico aficionado de Santa Cruz de La Palma, que fue uno de los grandes amigos del maestro  Pablo Amador.
A San Cristóbal le ganaron los gallos de la 2ª, la 4ª, la 5ª y la 6ª. Repárese en que el tuerto de don Juan Lisón ganó por tercera vez. El único que ganó del Norte fue el giro de “Carola”.
 
 
Tres días después, Arnoldo se desquitaba de su derrota con Pablo Amador. Dos riñas le llevaba Tapia, pero Arnoldo obtuvo en la última jornada nada menos que una mantilla, que lo adelantó definitivamente en 2 riñas. Ganó las cuatro primeras, perdió la quinta y se hizo con las dos últimas, por lo cual todo se decidió en la última. Abrió de nuevo con un gallo palmero, destacando en el resto de la lista la viuda de Juan Santana Villalba, que entre este año y el 71 siguió llevando a la gallera los gallitos de tan buen aficionado. Tapia naufragó en la jornada decisiva, y eso que subió a la valla gallos de casteadores todos ellos punteros. Destaquemos los nombres que llevaban todos sus gallos, una bonita costumbre que hoy casi se ha reducido a La Palma. Entre los propietarios de los gallos encontramos a don Pedro Rodríguez, casteador fundamental del Puerto (y que tantos gallos peleó en San José), y a un muy joven Felipe Reyes, de todos los nombres el único que aún asiste a las peleas, siempre apoyando al partido del Norte.
Dos gallos de Pablo hicieron cuatro peleas: un colorado de don Florencio González y otro de Joaquín Barreto, mientras que el colorado tuerto de don Juan Lisón, como dijimos, hizo tres. Tres le hicieron a Tapia un melado y un gallino de Luis Machado, un negro de los Acevedo y un colorado de José González Pérez y Francisco González Casanova, y a Arnoldo un retinto de Enrique Quintero, un melado de Los Magníficos y otro del palmero José Roberto Pérez Yanes, que fue con el que le sacó la ventaja definitiva a Tapia.
Varios gallos traían peleas de años anteriores. El colorado de don Florencio, que había ganado cuatro, ganó otra más. El gallino “Triste” de González Pérez y González Casanova, que ya había ganado dos, sumó la tercera. En cambio, un retinto de Los Magníficos de cinco peleas, perdió la que podía haber sido su sexta victoria.
En suma, una buena temporada, con muchos buenos gallos.
Y ahora, como bonus, he aquí la curiosa foto de una vieja cajetilla de cigarros chilenos, enviada por uno de los buenos amigos de esta página: