lunes, 19 de septiembre de 2011

Los gallos de Hernández, Santana y Rosales


Están desde hace un par de décadas entre los gallos más renombrados de Canarias. Fernando Ojeda ha entrevistado a Juan Rosales, quien hoy, sobreviviente de este gran tándem de aficionados, es quien continúa con estos grandes casteos. En la foto lo vemos (tercero por la derecha) celebrando uno de los campeonatos regionales ganados por Gran Canaria, junto a otros grandes casteadores de la isla, como Juan Ramírez, Quico Pérez, Juan Manuel Moreno y (primero por la derecha) Chicho Hernández Trujillo, a quien Juan Rosales se refiere al final de la entrevista.


FERNANDO OJEDA
En el barrio capitalino de Tamaraceite, por debajo de la antigua casa de gallos del partido de Vegueta, se encuentran las instalaciones de Hernández, Santana y Rosales. Juan Rosales es un hombre admirado y respetado en el mundo de los gallos.

¿Quiénes son Hernández, Santana y Rosales?
Hernández era mi patrón, Santana es Adolfo y Juan Rosales yo.
¿Cuándo empezaste en los gallos?
Por lo menos llevo cincuenta años metidos en los gallos. Empecé por Nicolás Guerra, que es hijo de Luis Guerra, el gallero que vivía en el risco de San Nicolás, donde tenía unos gallos. Antes de empezar en los gallos, estuve metido con las palomas mensajeras, e hicimos un cambio de palomas mías por gallos suyos.
¿Cuál fue tu primera liga?
Se podría decir que empecé con gallos mestizos, y mi primer trofeo me lo gané en el año 1981 encerrando en el partido de Las Palmas.
¿Cuál ha sido el mejor gallo con el que hayas sacado?

“El Perro”. Era un gallo peninsular, que conseguí por mediación de Adolfo.
Para castear ¿el gallo o la gallina?
Cada uno tiene su opinión. La mía es el gallo, siempre y cuando tenga mis gallinas hechas por mí. A un gallo puedo pasarle cinco gallinas y a una gallina no le puedes pasar cinco gallos.
En el 2007 fuiste campeón de Canarias...
Si, me quedé campeón de Canarias y campeón de Arucas con 46 puntos en Gran Canaria, sin contar los que tenía en Lanzarote, un record que nadie ha conseguido de momento.
Adolfo Santana...
El mejor gallero de su tiempo, sin contar a los grandes como Pancho “el Músico” o Domingo “el Boyero”, que pertenecen a una época anterior.
¿Cuál fue tu partido?
Nunca tuve un partido en concreto, yo encerraba donde cuidara Adolfo. Mi primer partido fue Las Palmas, después Tafira, Teguise, Arrecife y Arucas.
Para ti ¿quiénes han sido los mejores galleros?
Adolfo, pero también Paquito Falcón y Quico Acosta.
¿Y qué galleros destacarías en la actualidad?
Quico Acosta y Samuel Mateo.
¿Espuelas plásticas o naturales?
Dicen que las plásticas van bien, pero yo siempre he sido de las naturales. El problema es que ya no hay tradición. Ahora las peleas son a 15 minutos, mientras que antes no había reloj. La gente está hoy más pendiente del reloj que de las peleas. Muchos ya no tienen ni galleros. Antes las peleas eran tranquilas, ahora hay mucho griterío. Y ya no hay espíritu de partido.
¿Has participado en los torneos?
Sí, en el primero, y ganamos.
La consaguinidad en los gallos...
Me gusta que me preguntes por este tema. La gente dice que si estoy loco, pero es que yo he practicado la consaguinidad, no para pelear esos gallos, sino para mantener la sangre. Tú tienes hoy una liga y muy buena, y con el paso del tiempo esa sangre la vas perdiendo, porque vas metiendo sangre de otros gallos y gallinas que tú no has sacado. Al paso de los años, ya no te queda nada del principio. ¿Cómo vuelves a recuperar esa sangre?, pues con esos hijos que son consanguíneos.
Un gallero: Adolfo Santana.
Un casteador: Peña La Lucha.
Un gallo: El ciego de Quico Pérez.
Un color: Melados y colorados.
Un recuerdo: Las veces que fui al Campeonato de Canarias a La Palma. ¿Tú has probado el vino palmero? Pues ya sabes…
Una anécdota: Cuando Paquito Falcón cuidaba en el Norte, se llevó unos gallos míos para allá y Paquito me dijo para que fuera a ver las pechas de esos gallos míos. La noche anterior nos cogimos Chicho Hernández Trujillo y yo una templadera, y fuimos los tres en el barco, Chicho y yo templados. Nos quedamos dormidos viendo las pechas, y cuando regresamos a Gran Canaria todavía seguíamos en ese estado. Habíamos ido y venido a Tenerife sin enterarnos.

Juan Rosales, conocedor de gallos donde los haya, con vistas para la próxima temporada en Lanzarote. Le deseamos salud y suerte.