miércoles, 13 de julio de 2011

El "Patas Verdes"


Mazantini/Lorenzo

Si me prestan atención, en esta carta les voy a contar una historia que es bastante verdadera. Se refiere al “Patas Verdes” de allá de la isla de La Palma. Su padre fue un colorado de José Rodríguez (el Venezolano) que peleó cinco veces en un año, y su madre “la Pata Verde” de Pepe Melini, hermana de un gallo de seis peleas e hija del melado de seis peleas con una hermana del “Etarra” de Díaz y Pérez, de cuatro peleas.

Nació el 14 de febrero de 1991 en la finca La Asomada, en La Laguna de La Palma, en la zona de los aguacateros, donde dio sus primeros brincos. Nació con 6 hermanos y 6 hermanas, su color fue retinto con ojos negros y pico negro, al igual que dos de sus hermanos y cuatro melados. A la edad de dos años, fue llevado a la casa de gallos de Tazacorte, donde lo esperaba Quico Acosta, quien lo preparó con mucho cariño y entusiasmo.

Primera pelea. La primera vez que subió a la valla fue en febrero del año 1993, en el polideportivo de Los Llanos de Aridane. Iba a nombre de Hermanas Hernández, casteado por Señoras García y Barreto (Miguel Lorenzo), con un peso de 4-3. Su contrincante era un colorado casteado por Roberto Canelo, de mismo peso pero con dos peleas.

Sueltos los gallos, solo dura la riña 59 segundos. La gente se fascinaba al ver lo certero que era, no fallaba el tiro y siempre iban dirigidos a sitios mortales. Quico estaba enamorado de él, ya que prometía este animal.

Segunda pelea. En marzo de 1993, a los quince días de su primera riña, vuelve a subir a Los Llanos de Aridane, esta vez para enfrentarse contra un colorado de Adelino Acosta, repitiendo el peso, pero esta vez la pelea duró 1 minuto y 29 segundos. El retinto volvió hacer una exhibición de espuelas y destacó por la presión del tiro en sus patas.

Aquel verano del 93 se lo llevó el compadre Pedrín para su finca La Marina cultivada de plataneras, poniéndole unas gallinas para que no se marchara. Desde la ventana de su casa lo veía todos los días y de paso le regalaba unas golosinas.

En 1994 cuidaba en Tazacorte Añón León y su ayudante era Maso León. El gran “Patas Verdes” terminó su muda más tarde de lo común e ingresó en la casa en el mes de enero y ya en el mes de marzo volvió a aparecer en la valla

Tercera pelea. Esta vez el colorado de José G. León, de tres peleas del año anterior por la gallera Guerra, y preparado esta vez por Quico Acosta en la gallera de Los Llanos, no se lo iba a poner fácil. Todo seguía igual para “Patas Verdes”, excepto en su peso, que pasó ahora a 4-6. Resultó que el colorado había sido preparado el año anterior por Maso y éste le dijo a su casteador que el “Patas Verdes” poco podía hacer con este gran colorado. Nadie se lo esperaba, menos su casteador, ya que el colorado a los 18 segundos cayó guindado. Ni siquiera metió el pico, sino que mató a su rival en el revuelo.

Debido al peso del gallo y al sistema de casadas, Quico Acosta le dijo a su casteador que se lo llevara para la casa porque no iba más a tomar ese peso. Como buen gallero, Quico sabía que ese gallo era un fenómeno, y es de lo más curioso el haberse enamorado de él la temporada anterior y ahora cogerle pánico al “Patas Verdes”. De ahí en adelante, todos los viernes en las casadas, el peso máximo que llevaba Los Llanos era el 4-3.

Haciendo todos los esfuerzos, “Patas Verdes” fue soltado con una veintena de pollos en la finca La Asomada para que corriera en libertad, a ver si podía bajar esa onza.
Estando en libertad, se lo llevó con permiso de su casteador el cuidador Toño el Rebotallo para la casa de gallos Norte en Tenerife, donde cuidaba, y para que “Patas Verdes” siguiera con su carrera gallística.

Cuarta pelea. Salió de La Palma la primera semana del mes de mayo un miércoles y peleó el sábado de la misma semana en la valla de Santa Úrsula contra Garachico, donde cuidaba Florencio. Peleó contra un gallo asturiano que le habían comprado los casteadores de Garachico a Ramón Arias.
En el primer tiro, “Patas Verdes” sacó fuera de la valla a su contrario y lo puso en los pies de Víctor Pérez Ascanio. Lo recogió Florencio y lo volvió a soltar y “Patas Verdes” lo mató del primer tiro. Como anécdota de esta pelea hay que decir que Alexis, el ayudante de Toño, había descrito la pelea el día anterior a su amigo Víctor Pérez Ascanio y ocurrió tal cual, todos quedaron boquiabiertos. El “Patas Verdes” era mágico, tenía algo especial.

Quinta pelea. Seis días después, se enfrenta el partido Norte contra el partido Sur. Jorge Benítez en Güímar prepara un colorado de Manuel Martín. Esta vez tardó “Patas Verdes” en ganar 2 minutos y 1 segundo.

Sexta pelea. A la semana siguiente se enfrentan el Norte contra La Espuela. Comandaba el batallón capitalino Francis, que preparó un canabuey de Jaime el Tardío de una pelea en el campo de lucha Los Campitos. Palmero contra palmero, fuera de sus lugares de orígenes, gana “Patas Verdes” en 1:30. Toño no había visto dar un gallo en tan poco tiempo tanto con las espuelas. No peleó más en esa temporada, ya que ese año se celebró el nostálgico Campeonato de Canarias y los tinerfeños querían que “Patas Verdes” representara a la selección de Tenerife. Pero “Patas Verdes” no podía traicionar a su patria. Tampoco representó a la selección palmera, ya que se dejó que descansara por consejo de Manolo Carracote.

Ese verano del 94 vuelve a la finca La Marina con su cómplice amigo Pedrín, que lo tenía enamorado, y este, que lo sabía, siempre merodeaba cerca de su ventana y, cómo no, le servía su golosina.

Séptima pelea. Año 1995. Toño vuelve a ser su gallero, pero esta vez al frente de Tazacorte. Quico, en Los Llanos, no pensaba volver a ver a “Patas Verdes”, pero se lo tropezó en la valla. Esta pelea fue a mitad de temporada, ya que entró muy gordo a la casa de gallos y después de atusarlo hubo que volverlo a soltar. Tuvo en frente un colorado de Pablo Hernández (“Cayo”), pero los excesos del verano pasaron factura a “Patas Verdes”, que tardó en ganar 10 minutos. Un exceso de cariño por parte de Pedrín puede resultar catastrófico...

No solo “Patas Verdes” hizo gala de las espuelas sino también sus hermanos y hermanas. Un hermano suyo dio un hijo de seis peleas, cinco de ellas en una temporada, quedando mejor gallo de la temporada, y sus hermanas dieron gallos de seis peleas, los famosos “zeppelines”.

Descendencia. Pedrín, después de acabar su vida gallística, volvió a llevárselo a su finca para seguir dándoles mimos a “Patas Verdes” y le puso una gallina pinta que le dio su corazoncito y tuvieron un hijo que llegó hacer dos peleas. También Carlos Manís logró sacar gallos de “Patas Verdes”.

Ya en el año 2000, Tazacorte tuvo un kirikikí menos nuestro querido gallo. Pasó a mejor vida, pero murió en libertad como los buenos guerreros, quedando Pedrín absolutamente desconsolado, ya que nadie volvería a llamarlo debajo de su ventana para recibir ese cariño que todo casteador da sus gallos.